El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reclamado hoy a los líderes del G7 sistemas de defensa antiaéreos, ayuda a la reconstrucción de su país y una estrategia contra el bloqueo ruso a las exportaciones de su trigo. Zelenski se dirigió a los siete líderes en formato virtual, en una sesión a puerta cerrada, de la que únicamente se transmitieron algunas imágenes iniciales, sin sonido, pero en las que pidió estos apoyos al G7, según informaciones coincidentes de fuentes comunitarias y alemanas.
La intervención del presidente ucraniano abrió la segunda jornada de la cumbre del grupo de las siete potencias, que según fuentes de Estados Unidos acordarán nuevas sanciones contra Rusia.
A esta sesión, seguirá la incorporación a las deliberaciones del grupo de cinco países invitados -Argentina, India, Senegal, Sudáfrica e Indonesia, país este último que tiene la presidencia de turno del G20, donde está integrado Rusia. Según fuentes estadounidense, el G7 ultima un acuerdo para poner un precio límite a las exportaciones de petróleo ruso a países fuera de EE.UU., la Unión Europea (UE) y de este grupo de las siete naciones más industrializadas del mundo.
La cumbre, que se prolongará hasta mañana, empezó ayer tras una bilateral entre Scholz y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ambos determinados a mostrar cohesión en su apoyo a Ucrania y a trazar nuevas respuestas contundentes hacia Moscú. La guerra es el tema dominante en este G7, una cumbre con cierto carácter de puente entre el Consejo Europeo de la pasada semana, en el que se reconoció a Ucrania como país aspirante al ingreso en la Unión Europea (UE), y la próxima de la OTAN, que se abrirá el miércoles en Madrid.
Oro ruso
Junto a la necesidad de apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa, los líderes del G7 abordan las consecuencias de ese conflicto en la economía global, la desenfrenada inflación y la alarma ante la crisis alimentaria que puede precipitar un bloqueo ruso al trigo ucraniano. Biden avanzó ayer el propósito del G7 prohibir las importaciones de oro ruso, algo que sustentan Canadá y Japón, así como el Reino Unido, cuyo primer ministro, Boris Johnson, aspira a convencer también a Alemania, Francia e Italia.
Entre los acuerdos más destacados de la primera jornada destacó el macroplan de infraestructuras presentado por Biden, Scholz y el resto de los líderes del G7, consistente en 600.000 millones de dólares que se destinarán a infraestructuras en países de ingresos medios y bajos para contrarrestar el avance de China.