Vender el Gordo de la Lotería de Navidad es el gran reconocimiento para cualquier administración. El confeti y el cava acompañan siempre la alegría de aquellos premiados, pero también de los loteros, conscientes del reclamo que supone haber dado el premio por excelencia de Navidad. Eso es lo que experimentaron el año pasado en Lotería Castillo, cuando repartieron el anhelado Gordo 10 años después. "Es brutal, es la recompensa final al trabajo de todo un año", reconoce Marcos Bernabéu, director de negocio en línea de la administración e hijo del propietario que la fundó en 1982.

"Repartir el primer premio del sorteo extraordinario de Navidad es muy difícil. El año pasado, por ejemplo, Doña Manolita no lo vendió y a nosotros nos tocó la suerte", explica el trabajador de Lotería Castillo, que recuerda cómo los vecinos "se volvieron locos". "Al final, siempre que toca un premio es una alegría", añade. La administración, creada por Javier Bernabéu, abrió las puertas en 1982 en Alaquàs, un municipio próximo a València, siendo la primera administración de la zona. Las ganas de emprender una aventura y la pasión por los números llevaron a Bernabéu a dar un paso adelante y aprovechar la oportunidad.

Desde entonces, han impulsado decenas de campañas para catapultar la administración y conseguir diferenciarse del resto. En el 2022, por ejemplo, regalaron un décimo a todas las personas que se tatuaban un número. "Eso se les queda de por vida; será su número para siempre", apunta Marcos Bernabéu. De hecho, él es una de las personas detrás de estas innovadoras ideas, donde aporta una mirada diferente aprovechando su juventud.

Colas en las puertas de la administración de Lotería Castillo

A pesar de este espíritu innovador, Bernabéu reconoce que la mejor campaña posible para una administración es repartir uno de los grandes premios, cosa que en Lotería Castillo hacen desde los inicios. Ahora mismo, ya hace 12 años que no fallan: desde el 2011 han repartido como mínimo uno de los mayores premios de la Lotería. "La gente ya no te pregunta si caerá el Gordo, te preguntan cuántos darás este año", dice, entre risas. El año pasado, por ejemplo, el premio fue doble: un quinto y el deseado Gordo, que les ha acelerado todavía más las ventas, trayendo nuevos compradores. "Las personas son muy testarudas: compran décimos allí donde cae el Gordo, con la esperanza de que vuelva a pasar lo mismo el siguiente año", relata.

En total, ya suman 17 grandes premios de la Lotería. "Parece fácil", dice Bernabéu, asegurando que es justo al contrario. "Detrás hay mucho trabajo y mucha ilusión. Y obviamente también juega un papel importante el factor suerte". Sea como sea, para el director de negocio en línea repartir tantos premios se ha convertido en el "valor añadido" de Lotería Castillo, que se sitúa como uno de los puntos de venta más afortunados del Estado. Destacan, como es evidente, los Gordos repartidas en el 2012 y en el 2022, pero también un segundo premio el 2016 y 2017, los terceros premios de 2015 y 2019, un cuarto en el 2021, entre otros.

Los trabajadores de Lotería Castillo celebrando uno de los premios de la Lotería de Navidad

La clave de Lotería Castillo

Bernabéu considera que el mundo de la lotería es muy difícil, con una dura competición entre las administraciones para diferenciarse. Explica que, al final, todas ofrecen el mismo producto y el único rasgo distintivo "es el servicio". Por eso buscan "vender décimos con diferenciación", poniendo en marchas campañas como la del 2022 o un patrocinio con el C. F. Valencia, de quien son administradores oficiales, hecho que les permite vender décimos en las tiendas del club de fútbol.

Internet también ha sido la puerta de entrada a la innovación de Lotería Castillo, una de las pioneras en la venta en línea. La administración abrió una pasarela de pago en 1997, siendo una de las primeras a hacerlo. "La gente los trataba de locos", recuerda Bernabéu. Ahora, después de consolidarse, un 40% de sus ventas son a través de Internet y el canal cuenta con cerca de 600.000 clientes virtuales.