Hay muchas historias inspiradoras en torno a la Lotería de Navidad, pero pocas se comparan con la audacia y el ingenio del economista rumano Stefan Mandel. A la década de 1960, enfrentándose a dificultades económicas, Mandel emprendió un viaje improbable que lo vería ganar la lotería no una, sino sorprendentemente catorce veces. Su método, un algoritmo complejo que él denominó "condensación combinatoria", desafiaba las nociones convencionales de juego de lotería.
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Quién era Mandel y cómo era su método
El enfoque de Mandel se basaba en una investigación meticulosa y una comprensión aguda de la probabilidad. Percibió que en ciertos sorteos de lotería, el coste de comprar boletos para cada combinación posible era significativamente inferior al premio mayor. Por ejemplo, si un juego quería seleccionar seis números de un conjunto del 1 al 40, las combinaciones potenciales subían a 3,838,380. Armado con esta perspicacia, Mandel y un grupo de amigos compraron boletos que cubrían todas las combinaciones posibles, generando una ganancia sustancial después de reclamar un premio mayor de más de 17.000 euros.
Sin embargo, las ambiciones de Mandel iban más allá del mero beneficio personal. Utilizando las ganancias como capital inicial, persuadió a un grupo de inversores para formar a un sindicato de lotería. Innovando todavía más, desarrolló un sistema de automatización que involucraba impresoras y ordenadores que utilizaban su algoritmo para generar automáticamente boletos que abarcaban todas las combinaciones posibles de números. Este sindicato consiguió victorias en doce loterías, acumulando centenares de miles en premios menores en Australia y el Reino Unido.
El éxito del sindicato de Mandel no pasó desapercibido para las autoridades de la lotería. En respuesta, se implementaron cambios a las reglas para prohibir el uso de formularios imprimidos por ordenador y la compra masiva de boletos. Sin embargo, Mandel no se acobardó y pasó en un ambicioso Pla B.
Capitalizando las ganancias acumuladas, colocó estratégicamente exploradores en todos los Estados Unidos e identificó loterías con premios mayores tres veces mayores que el número total de combinaciones. La Lotería de Virginia, con el conjunto limitado de números del 1 al 44, se convirtió en su principal objetivo.
Bajo la bandera de "Pacific Financial Resources" y el Fondo Internacional de Lotería, Mandel convocó miles de inversores y recaudó millones para financiar su plan audaz. En un almacén de Melbourne, 16 empleados a tiempo completo imprimieron diligentemente siete millones de boletos durante tres meses.
El método Mandel a investigación legal
Estos boletos fueron después enviados a un asociado a los Estados Unidos, donde el sindicato reclamó el premio mayor y numerosos premios menores. Sin embargo, la estrategia no convencional de Mandel no escapó al escrutinio, cosa que llevó a una prolongada batalla legal de cuatro años. A pesar de ser finalmente absuelto de cualquier mala conducta, los inversores de Mandel recibieron pagos menores de lo que había prometido inicialmente.
Las tácticas audaces de Mandel llevaron a cambios legislativos en los Estados Unidos, con todos los estados aprobando leyes para prohibir el método. En una entrevista del 2012 con el diario rumano Bursa, Mandel comparó su enfoque con la toma de riesgos calculados. Reconoció que la vida misma era una apuesta, haciendo una extraña analogía: "Recortarme la barba es una lotería: siempre está la posibilidad de cortarme, infectarme la sangre y morir, pero lo hago de todos modos. Las probabilidades están a favor mío."