Como habrás comprobado, el precio de la vida se ha disparado en los últimos meses. La inflación en la mayoría de bienes de consumo está siendo histórica. No se recordaban subidas similares desde 1984.

Hay productos que se han salvado de las subidas de precios. Por ejemplo los ordenadores. La pandemia hizo que los fabricantes reforzaran la producción dado el aumento del teletrabajo y la necesidad de renovar equipos por parte de muchas familias y ello ha generado un exceso de stock del que los consumidores se pueden beneficiar. Mientras que los teléfonos móviles tampoco han subido de precio.

No obstante, llenar el carro de la compra sí se ha encarecido en gran medida. Y también otros productos como la gasolina. Los combustibles fósiles empezaron a aumentar de precio a principios de 2021 y en este 2022 se han terminado de disparar hasta límites insospechados. El principal motivo ha sido la invasión de Rusia a Ucrania, que ha encarecido los precios de la energía notablemente.

La subvención de 20 céntimos por litro de gasolina tiene fecha de caducidad

De esta forma, el precio del litro de gasolina o de diésel se ha situado en algunos momentos por encima de los 2 euros. Y a pesar de que se ha frenado, las fluctuaciones no dejan de ir hacia arriba.

Hombre reposta gasolina en una gasolinera de Barcelona 11 marzo 2022 / EuropaPress

Para frenar la hemorragia, el Gobierno propuso una medida que consistía en una subvención de 20 céntimos por litro. De ellos, 15 correrían a cargo del estado, mientras que los otros 5 son responsabilidad de las petroleras.

Esta medida se puso en marcha el pasado 1 de abril y en principio era para tres meses. Pero finalmente este periodo se alargó hasta finales de agosto. Mientras que recientemente se ha ampliado unos cuantos meses más. Concretamente hasta el próximo 31 de diciembre. Está por ver si el Gobierno decide ampliar más este periodo. Y dado que los precios siguen sin bajar, todo apunta a que todavía durará un poco más.

Que no te engañen con la gasolina

En otro orden, hay quien sospecha que algunas gasolineras no sirven la cantidad de combustible que figura en los surtidores. Y que como ha ocurrido con algunos productos en el sector de la alimentación, en la que algunos productores han reducido el contenido para que evitar la subida de precio, también ocurre con la gasolina.

Si eres de quienes sospecha que puede estar ocurriendo en tu gasolinera habitual, debes saber que, por ley, las gasolineras deben tener a disposición de los clientes un sistema de medida que permite comprobar si lo expendido es realmente lo que se está pagando. Y que de negarse a ofrecértelo, se pueden emprender medidas legales contra el establecimiento.