En Tesla son muy conscientes de que, si bien es cierto que cada vez son más los conductores que están decididos a dar el paso a la movilidad eléctrica y ya están apostando por alguno de sus modelos, siguen siendo muchos los conductores que prefieren esperar a que todo lo que rodea a los coches eléctricos esté ya mucho más asentado.
Y es que son varios los argumentos que jugar en contra de los coches eléctricos a diferencia de los coches con motores de combustión tradicional, siendo uno de ellos, especialmente en nuestro país, todo lo que gira entorno a la red de cargadores de lo que implica afrontar viajes de largas distancias con un coche eléctrico.
Sin embargo, otro de los argumentos que los anti eléctricos apuntan de forma constante es que, tal y como ocurre con otros tantos dispositivos que hacen uso de baterías, esta se acaban de grabarlo con el paso del tiempo, por lo que es un factor que evidentemente no juega a favor de los eléctricos.
Eso sí, en Tesla también son muy conscientes de que sus coches pueden presumir de tener seguramente la mejor tecnología actualmente en el mercado en este sentido, por lo que la degradación de sus baterías no suele ser realmente un problema muy serio.
La degradación de la batería de un Model 3 tras más de 250.000 km
Así ha quedado demostrado después de que un usuario de un Tesla Model 3 había compartido sus experiencias en un canal de YouTube llamado Tesla Joy durante los más de cinco años que ha estado conduciendo ni más ni menos que más de 250.000 km con este coche eléctrico.
En concreto su modelo no es otro que un Model 3 matriculado en 2018 con doble motor, 456 CV, tracción integral y una autonomía anunciada de casi 500 kilómetros en el ciclo EPA y que, tal y como apuntado este conductor, la inmensa mayoría de las veces ha recargado su batería en los súper cargadores de Tesla, algo que por otro lado ya se sabe que no es que ayude precisamente a quedar a la degradación de la batería sea menor en comparación respecto a cargas más lentas, donde la degradación de la batería es mucho menor.
Una batería que tenía una capacidad útil de 75,2 kWh cuando se compró el vehículo y que, tras cinco años y 250.000 kilómetros, la capacidad ha bajado a 66,2 kWh, es decir, ha perdido una media de 9 % de su capacidad, una diferencia “insignificante” tal y como ha apuntado el dueño de este Model 3.