El Citroën C5 Aircross es uno de los vehículos que mejor resultado está ofreciendo en cuanto a ventas a la firma francesa. Se trata de un vehículo con amplia trayectoria que, además, acaba prácticamente de ser renovado al alcanzar el ecuador de su vida comercial. Tiene muchas ventajas, pero también algún defecto. Uno, que tiene que ver con a suspensión, resulta para muchos insalvable. Vamos a ver cuál es.
Un coche con la suspensión muy blanda
Para muchos, es un defecto grave; pero, para otros, es una virtud: la suspensión del C5 Aircross es blanda y eso hace que los baches e imperfeccciones de la carretera se absorban muy bien. Para conductores calmados que gustan de una conducción sobria y no le piden a su vehículo nada más que confort y amplitud, es una virtud, pero quienes son más aficionados a la deportividad y exigen a su vehículo sensaciones dinámicas, supondrá una desventaja. También hay otra cuestión que de puede mejorar: la calidad de los plásticos interiores.
Muchas virtudes
Los defectos están, sin embargo, compensados de sobra por las virtudes: la banqueta trasera es deslizante, el espacio interior es inmenso y el maletero alcanza casi los 580 litros, que se quedan en 460 si eliges un motor PHEV. Sea cual sea el propulsor que escojas, el vehículo es muy silencioso. Y el equipamiento es casi perfecto: los asientos, denominados Citroën Advanced Confort, llevan 15 centímetros adicionales de espuma y puede llegar a incluir hasta calefacción y masaje. El aislamiento acústico es excepcional. En suma, un gran coche.