Hablar de Citroën es hablar de una solución que convirtió los coches de esta marca francesa en los más cómodos del mercado y que se llamaba suspensión hidroneumática. Míticos modelos como el Citroën DS Tiburón, el CX, el BX, el Xantia o el C6 y el C5. En 2017 la marca dejó de incorporar esta singular y comodísima suspensión. La excusa fueron sus elevados costes y la mejora exponencial de los niveles de comodidad que ofrecían las más sencillas suspensiones neumáticas adaptativas. Ahora, y con su nuevo Citroën C5 X, la marca francesa presenta una nueva suspensión que, dicen, podría llegar a igualar o superar lo que supuso en su día aquella suspensión especial que estrenó el DS Tiburón.
Cuatro años de trabajo
La marca de Stellantis asegura llevar cuatro años trabajando en el proyecto y el resultado es claro: el C5 X está muy por encima del nivel de confort que ofrece su competencia y, si lo está, es gracias a su sistema de suspensión. Ahora bien: aunque bueno, el nuevo sistema no alcanza la excelencia que se asociaba en sú día a la suspensión hidroneumática. Aquella sensación de casi flotar sobre la carretera que ofrecían los Citroën no se ha superado aún.
En el buen camino
La suspensión del C5 X se denomina Advanced Confort Active Suspension y es, en esencia, un amortiguador con variación activa, topes hidráulicos y muelles especialmente blandos que absorbe las irregularidades de la calzada mejor que otros tipos de suspensión. El resultado es bueno, pero no excelente. Sigan trabajando, señores de Citroën: su C5 X lo vale.