Ateca es una villa aragonesa situada en la comarca de Calatayud famosa por sus chocolates y por dar nombre a un modelo de Seat que tuvo el honor de convertirse en el primer SUV de la marca. En su día, la marca española explicó que eligieron el nombre porque incluía dos letras, la T y la C, que eran las iniciales de tecnología y calidad. Con los años, al Seat Ateca le nació un hermano deportivo apellidado Cupra cuya vida llega a su fin ahora precipitado por el lanzamiento de un nuevo modelo: el Cupra Terramar. Por cierto, sólo desaparece el Cupra Ateca: a su hermano Seat le queda cuerda para unos cuantos años.
¿Por qué Terramar?
Terramar es el nombre de un antiguo circuito de velocidad situado en la población catalana de Sant Pere de Ribes, al lado de Sitges. Por historia, el término Terramar ha sido siempre sinónimo de lujo, deporte y audacia, aunque hace décadas que aquel antiguo autódromo no acoge carreras.
Pese a ello, el nombre del circuito permanece en la memoria de muchos barceloneses aficionados al motor y, por eso, Cupra organiza allí presentaciones de sus coches. El antiguo circuito fue el tercero que se construyó en Europa, justo después de los de Monza y Brooklands, en Surrey.
SUV deportivo
El Cupra Terramar, como el Cupra Ateca, es un SUV compacto, pero su vocación deportiva es mucho más evidente. El Cupra Ateca, de hecho, nunca ha dejado de parecer un SUV familiar encanallado al que, sea dicho, no le quedan demasiado bien los ropajes deportivos. El Terramar se amolda mucho mejor a ese espíritu y, por eso, junto a los propulsores electrificados, incorporará otros de combustión. Su diseño exterior es muy agresivo e implementa el nuevo lenguaje de diseño de la marca que ha ideado Jorge Díaz y que otorga a Cupra una personalidad distinta, más moderna y alejada de lo que Seat ha significado siempre.