Es evidente que, a diferencia de lo que ocurría hasta no hace mucho, los modelos con motores de diésel viven horas bajas. La entrada en juego de los motores híbridos o semi híbridos, del tipo que sea, así cómo también las cada vez mayores restricciones en cuanto a emisiones y contaminación han provocado que sean muchas las marcas que opten por dejar de apostar por este tipo de mecánicas.
Especialmente en los segmentos de los utilitarios y los compactos, modelos que, en teoría, están destinados a un uso urbano, donde precisamente las restricciones juegan muy en contra de los diésel.
Así, cuesta mucho encontrar ahora un utilitario o un SUV de dimensiones reducidas, (modelo que están ideados y diseñados en cuanto a prestaciones y mecánicas para un uso urbano e interurbano) con motores diésel.
Sin embargo, la cosa ya cambia en cuanto a los compactos y modelos con los que sí se puede salir de la ciudad sin problema alguno y con mecánicas ya más potentes y mejor dotadas. En este tipo de modelos diferentes marcas, entre ellas Mercedes, sí que siguen apostando por el diésel, un combustible que contamina más pero que es más barato.
El Mercedes Clase A con motor diésel sigue siendo una opción muy a tener en cuenta
En el caso de Mercedes, es precisamente su Clase A, uno de sus modelos más vendidos en sus concesionarios en España, el que sigue montando motores diésel. De hecho, estas mecánicas don más recomendables que las gasolina por prestaciones y consumo.
Entre las opciones de gasolina se encuentran los 1.3 litros de 136 y 163 caballos y el 2.0 litros de 224 caballos, mientras que en diésel podemos optar por las versiones del 2.0 litros de 116, 150 y 190 caballos.
Así, la única opción de tener un Clase A con motor de gasolina pero que sea el 2.0 de cilindrada es ir a por el 2.0 de 224 caballos de gasolina, una versión que tiene un precio de partida de 51.534 euros. Por el contrario, si optamos por el diésel más potente, el que llega con un 2.0 de 190 caballos, su precio de partida es casi 10.000 euros más barato: 42.139 euros.
Una diferencia de precio que hace que esta versión diésel siga siendo la mejor siempre y cuando no tengamos en mente hacer un uso exclusivamente por ciudad de este modelo, donde entonces sí que, por restricciones, es mejor opción la de gasolina.