Los coches chinos han proliferado mucho en los últimos años. La reticencia de muchos conductores a comprar un coche con origen en el gigante asiático ha ido disminuyendo paulatinamente para dar paso a un mercado cada vez más ocupado por estos fabricantes. Hoy en día, modelos como el Omoda 5 o el BYD Seal son cada vez más habituales, reflejando un fenómeno que ha transformado el panorama automovilístico del país. Estos automóviles, hasta hace poco desconocidos, han comenzado a capturar la atención de los conductores por su combinación de tecnología avanzada, diseño innovador y precios competitivos.
El crecimiento del peso de las marcas chinas en el mercado español es innegable. En 2024, se vendieron 66.608 vehículos de 21 fabricantes chinos en España, lo que representa un aumento triplicado en solo dos años. Este auge contrasta con un incremento general del 25% en las matriculaciones, que superaron el millón de unidades por primera vez desde la pandemia. A pesar de su todavía modesto 6,55% de cuota de mercado, las marcas chinas han demostrado un crecimiento impresionante frente al 5,22% de 2023 y el 2,6% de 2022.
Omoda y BYD están dispuestas a marcar el nuevo orden mundial
Uno de los nombres más destacados es el BYD Seal, un modelo que lidera las ventas de BYD en España. Con un diseño SUV de 4,75 metros de longitud, este coche está disponible en versiones totalmente eléctricas e híbridas enchufables. En 2024, el BYD Seal U se posicionó como el modelo más vendido de la marca, con 1.929 unidades. Este éxito refleja la apuesta de BYD por la innovación tecnológica y su compromiso con la movilidad sostenible.
Por su parte, el Omoda 5, un SUV de la marca Chery que debutó en España en 2023, ha ganado terreno rápidamente. Este vehículo destaca por su diseño moderno y su reciente incorporación de una versión 100% eléctrica, adaptándose a las crecientes demandas del mercado español. Además, la llegada de Jaecoo, otra marca del grupo Chery enfocada en vehículos premium, refuerza la presencia del fabricante chino en el país.
La clave: precios bajos y calidad considerable
Otro caso notable es el Ebro S700, un modelo que combina el diseño nostálgico de una marca histórica española con la innovación tecnológica moderna. Este SUV, fabricado en la Zona Franca de Barcelona, ha resucitado bajo la dirección de un grupo chino, ofreciendo versiones de gasolina e híbridas enchufables que prometen competir con los líderes del mercado.
El impacto de estos modelos va más allá de las ventas locales. Marcas como BYD están expandiendo su infraestructura en Europa, con fábricas en Hungría y Turquía, y apostando por el desarrollo de baterías en estado sólido, una tecnología que podría revolucionar la industria automovilística en los próximos años. Este avance coloca a BYD y otras empresas chinas en una posición estratégica en el mercado global de vehículos eléctricos.