No han sido precisamente pocas las veces que la DGT, la Dirección General de Tráfico, ha insistido en los últimos tiempos en que, entre otras muchas medidas de seguridad y, a la vez, medidas para acabar obteniendo un mejor consumo en el coche, y llevar una correcta presión en los neumáticos ayuda mucho en este sentido.
Si los neumáticos están en la presión correcta implica que el coche no necesita tanto esfuerzo de su motor para moverse, lo que evidentemente acaba derivando en un menor consumo. Por otro lado, que estén también a su nivel correcto depresión ayuda a la seguridad ya que se reduce la distancia de frenado y se obtiene también un mayor control sobre el coche en situaciones peligrosas.
Es por eso que, si bien es cierto que muchos conductores no suelen estar muy atentos a la presión de sus neumáticos a no ser que sea evidentemente muy baja y se ve a simple vista, cada vez son más los que optan por llevar un control rutinario cada cierto tiempo de esta presión.
No es ilegal que te cobren por hinchar los neumáticos en la gasolinera
El problema en este caso es que, a diferencia de lo que ocurría hace ya algunos años, hoy en día son muchas las gasolineras, por no decir la mayoría, que cobran por utilizar la máquina de aire, es decir, cobran por hinchar los neumáticos ya sea del coche de la moto.
En este sentido, si bien es cierto que han sido muchos los usuarios que se han quejado, lo cierto es que no hay ninguna ley que impida a las gasolineras cobrar por este servicio, pero sí que hay una ley que regula ciertos aspectos en este sentido.
Y es que a gasolinera está obligada a indicar si es el sistema es de pago mediante alguna indicación suficientemente visible, así cómo indicar de forma muy clara las instrucciones de uso, el precio, las monedas que admite y también si, en el caso de poner más dinero del necesario, devuelve cambio o el tiempo de duración.
Como no podía ser de otra forma, si la gasolinera en cuestión no cumple con estos requisitos sí que se puede presentar algún tipo de queja, pero no por el hecho de que se nos cobre por poder inflar los neumáticos, un servicio que suele tener un precio de un euro con el que, a no ser que seamos extremadamente lentos en la operación, da tiempo de sobras para regular la presión de los cuatro neumáticos sin problema.