El verano se acerca y, como siempre que llegan estas fechas, se publican multitud de estudios sobre cuestiones variopintas que ayudan a entretener a los lectores de la prensa escrita y la prensa digital en estos meses durante los que la velocidad de lo que acontece se ralentiza y, quien puede, se coge unos días de vacaciones. Uno de estos estudios, que siempre aparece por estas fechas preveraniegas, es el referido a las marcas de coches más odiadas y queridas a lo largo y ancho del mundo. En España, este año, se supone que la que menos nos gusta es Ford. Coincide, además, que la marca americana es la que se cita como más odiada en mayor número de países: un total de veinte. Este hecho la convierte en la marca que menos gusta en todo el orbe según este particular estudio.
Nos encanta Ferrari
El informe, realizado NeoMam Studios y publicado por theclunkerjunker.com, a partir de datos recopilados mediante el análisis de opiniones vertidas por el público en las redes sociales, distingue como las marcas más queridas del mundo a Tesla y Mercedes Benz. Lo curioso es que, mientras la marca alemana genera opiniones favorables en la mayoría de países, con Tesla no sucede así: es la más odiada en 16 países. En España, la que más nos gusta no es ni Mercedes ni Tesla, es Ferrari.
Odios inexplicables
Ford, una marca que destaca como la menos querida en nada menos que veinte países, es en España también la que menos adhesiones favorables despierta. Teniendo como tiene una fábrica en la valenciana localidad de Almussafes y formando como forma parte de la historia de la automoción en nuestro país el dato sorprende un poco. En Italia, por ejemplo, la más odiada es Lincoln, que ni siquiera se comercializa en Europa. En definitiva, todo indica que estamos ante un estudio más que, probablemente, no busca nada diferente a generar debate. Ya puestos, mejor sería hacer como los italianos y odiar a Lincoln, que tiene la desvergüenza de no vender sus coches aquí. En Ford, de todos modos, parece que el estudio les importa lo justo y siguen ocupados en cosas más interesantes como, por ejemplo, decidir si empiezan o no a vender aquí su espectacular Ford Bronco.