Tan solo hace falta ver las cifras de ventas que está logrando Ford en España y en Europa en los últimos tiempos para darse cuenta de que la estrategia que ha llevado a cabo la marca americana en los diferentes mercados del viejo continente de los últimos años ha sido más que desastrosa.
Y es que, si bien es cierto que Ford sigue manteniéndose como una marca de prestigio para muchos y capaz de poner en el mercado modelos tan interesantes como el Puma o el Kuga, la desaparición ya ejecutada de modelos como el Mondeo o el Fiesta y la próxima desaparición del Focus no hacen otra cosa que poner en un serio compromiso el futuro europeo de la marca.
Es más, no ha sido otro que el máximo responsable de la marca, Jim Farley, el que ha vuelto a dejar muy claro recientemente que estos tres modelos, “aburridos” como los calificó en su día, “simplemente, no genera suficientes ingresos”, de ahí que la marca haya seguido con su plan de la mano de la llegada además de dos nuevos eléctricos, el Explore y el Capri, que en ningún caso van a poder llegar alas cifras de ventas de los desaparecidos Mondeo, Fiesta y próximamente Focus.
El CEO de Ford quiere reconvertir a la marca
El futuro de Ford en Europa no está nada claro, pero sí que ofrece evidente que la marca quieren centrarse mucho más en el mercado americano y hacerlo además de la mano de modelos todoterreno, un tipo de coche, ya sea con carrocería, SUV, todoterreno o pick-up, tiene mucho recorrido y mucha cuota de mercado.
Modelos exitosos de Ford en EE.UU. como el Bronco, el F-150 o el Ranger van a seguir siendo determinantes para la marca, y de hecho la intención del fabricante no es otra que la de hacer de ellos y otros todoterrenos la joya de la corona para ir transformando al fabricante en un icono entre los amantes de los todoterrenos.
Declaraciones como “estamos saliendo del aburrido negocio de los coches y entrando en el negocio de los vehículos icónicos” o como queremos ser “la Porsche de los todoterreno” hechas recientemente por Farley no hacen otra cosa que evidenciar el cambio de estrategia por parte de una marca que tiene un futuro complicado en Europa ya que, al menos de momento y nada hace pensar que eso vaya a cambiar, este tipo de modelos no encajan precisamente con la inmensa mayoría de necesidades de los conductores en el viejo continente.