El futuro de Ford en Europa enfrenta un horizonte incierto, marcado por decisiones estratégicas cuestionables que han generado un impacto profundo en su posición en el mercado. La eliminación de modelos icónicos como el Fiesta y ahora el Focus, planificada para noviembre de 2025, ha dejado a muchos analistas y clientes preguntándose si la marca del óvalo azul ha perdido el rumbo. Estos movimientos, realizados con la intención de centrarse en los coches eléctricos, han demostrado ser un error en un momento en el que los clientes europeos aún priorizan los modelos compactos tradicionales.

El Ford Focus, un pilar en la historia reciente de Ford, no tendrá un reemplazo claro en la gama de productos de la marca. Mientras que modelos como el Puma, el Tourneo y el Kuga intentan llenar el vacío, está claro que no tienen el mismo atractivo para los clientes. A esto se suman los lanzamientos tardíos y con resultados mediocres del Explorer y el Capri, dos SUV eléctricos que no han logrado captar la atención del mercado. En lugar de estabilizar la situación, han acentuado los problemas, dejando a Ford al borde del abismo en el competitivo mercado europeo.

Ford Focus
Ford Focus

El futuro de Ford en Europa va directamente ligado al del Focus

Uno de los mayores impactos de la desaparición del Focus recae en la fábrica de Saarlouis, cuya viabilidad está cada vez más en duda. Esta planta, que ha sido un símbolo de la producción eficiente de Ford en Europa, enfrenta un futuro sombrío con el riesgo de cierre definitivo. A pesar de los intentos de la compañía por mantenerla operativa, la falta de un modelo de volumen como el Focus hace que su supervivencia sea casi imposible.

La situación no es mejor en Colonia, donde las líneas de producción funcionan a un ritmo muy por debajo de su capacidad. Actualmente, la planta produce menos de 500 coches al día, muy lejos de los 80.000 vehículos anuales necesarios para ser rentable, y aún más lejos de su capacidad máxima de 250.000 unidades al año. Este declive ha llevado a recortes masivos de empleos, con casi 3.000 trabajadores despedidos a finales de 2024 y planes para reducir aún más la plantilla.

El problema de fondo radica en que Ford parece haber subestimado la importancia de mantener modelos que conectan con los consumidores tradicionales. Los SUV y vehículos eléctricos que han lanzado no han logrado llenar el vacío que dejará el Focus, y depender exclusivamente de modelos como el Mustang, el Bronco y el Ranger no es suficiente para sostener la operación europea.

Ford Explorer Electric 2
Ford Explorer Electric 

Ford se ha precipitado apostando todo al eléctrico

En este contexto, Ford se enfrenta a un dilema estratégico. Sin un plan claro para sustituir al Focus y con fábricas en dificultades, el futuro de la marca en Europa parece más incierto que nunca. La dependencia de modelos eléctricos en un mercado que aún no está completamente listo para la transición ha dejado a la compañía en una posición de debilidad frente a sus competidores.

Si bien Ford todavía tiene tiempo para rectificar, la desaparición del Focus parece ser un error que podría pasarle factura durante años. El modelo, que durante décadas fue un símbolo de innovación y accesibilidad, podría ser recordado como el coche cuya ausencia marcó el principio del declive de Ford en Europa.