El Kia Sportage es un gran coche: tiene un punto deportivo, no resulta demasiado caro y ofrece siete años de garantía, tal y como repite a menudo por ahí cierto famoso tenista. Ofrece, además, versiones para todos los gustos: gasolina y diesel convencionales, MHEV y, también, versiones híbridas enchufables. Decidir que te lo llevas a casa es sencillo, pero decidir qué versión escoges es más complicado. Desde nuestra página, vamos a intentar ayudarte.
La versión de gasolina es la más barata
La versión de acceso a este singular SUV mediano es la de gasolina con 150 CV, que sale por 23.410 euros. Es la versión de acceso. Cambiar de propulsor y elegir un MHEV, sube la factura hasta los 26.542 euros, precio suficiente para llevarte a casa un coche que te permite lucir la etiqueta ECO. Son 3.000 euros más, de acuerdo, pero la inversión, dados los precios del carburante y las restricciones con las que van a tener que lidiar en breve los coches con motor térmico, compensa si escoges el Kia Sportage.
El diesel convencional de 115 CV sale por 27.311 euros, incluso más caro que el MHEV de gasolina, pero si optamos por el MHEV diesel, resulta que sólo hay que pagar 27.327 euros. De momento, parece la opción ganadora, porque el híbrido convencional de gasolina cuesta 30.923 euros y la estrella de la gama, el PHEV 4x4 con etiqueta Cero, cuesta 37.114 euros.
¿Y el gasto?
El campeón del ahorro es, por supuesto el modelo PHEV, que nos permite cubrir 100 km por 6,9 euros, que es lo que cuestan los 13,8 kWh y los 1,7 litros de combustible que consume. El híbrido convencional exige 5.6 litros de combustible, el diesel híbrido ligero consume 4,9 litros y en las versiones de gasolina, el consumo pasa de 6 litros. La diesel convencional queda en 5.2. Por precio y consumos, la mejor versión del coche es la PHEV y, a continuación, la diesel MHEV. Kia lo está haciendo muy bien.