A partir de 2025, repostar diésel será considerablemente más caro. El Gobierno está ultimando los detalles para la implementación de un nuevo impuesto que equiparará los tributos del gasóleo con los de la gasolina. Esta medida, que se había postergado durante años, tiene como objetivo igualar los impuestos entre ambos combustibles, lo que repercutirá directamente en el precio de llenar el depósito de un vehículo de diésel. Aunque la aprobación estaba prevista para el 23 de diciembre, el proceso se ha retrasado y su entrada en vigor dependerá de las negociaciones políticas en el Congreso.

Este cambio fiscal ha sido una de las principales demandas tanto del Gobierno como de la Unión Europea. Se trata de una reforma pendiente en la fiscalidad de los hidrocarburos, que podría estar ligada a la obtención de fondos europeos dentro del paquete Next Generation. La equiparación del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos para la gasolina y el gasóleo era una medida que se había postergado varias veces, pero que finalmente parece ser un paso necesario para cumplir con los compromisos climáticos y económicos de España.

El diésel subirá 11,33 céntimos por litro en primavera

El gasóleo ha disfrutado históricamente de una ventaja fiscal, con un gravamen más bajo que el de la gasolina. Actualmente, se pagan 307 euros por cada 1.000 litros de gasóleo, frente a los 400,69 euros de la gasolina. Esta diferencia se eliminará con la nueva medida, que buscará equilibrar la carga tributaria de ambos combustibles, eliminando así el incentivo para los conductores de diésel. Este cambio elevará el coste por litro de diésel, lo que afectará de manera directa a los conductores.

Diesel / Pixabay
Diesel / Pixabay

El impacto será claro para los consumidores. Se estima que el precio del diésel subirá en 9,369 céntimos por litro, a lo que se añadirá el IVA del 21%, lo que elevará el incremento total a 11,33 céntimos por litro repostado. Si se considera un depósito promedio de 45 litros, los conductores deberán pagar aproximadamente 5 euros más por cada repostaje. Aunque este aumento no parece catastrófico, podría tener un impacto significativo, especialmente para quienes recorren grandes distancias o dependen del diésel en sus actividades diarias.

El incremento medio anual se situará en unos 50 euros

Para calcular el impacto anual, si un conductor recorre 10.000 kilómetros al año y su vehículo consume 4,5 litros por cada 100 kilómetros, el aumento total podría ser superior a los 50 euros al año. Este incremento podría ser aún más significativo si los precios de los combustibles continúan subiendo. En un contexto de inflación creciente y precios energéticos altos, esta medida será una carga adicional para muchos hogares, especialmente los de ingresos más bajos.

El Gobierno ha intentado justificar esta medida con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y fomentar una transición hacia una movilidad más sostenible. En este sentido, la equiparación fiscal del diésel con la gasolina busca desincentivar el uso de este combustible, cuyo impacto en la calidad del aire y la salud pública es considerable, debido a las mayores emisiones de óxidos de nitrógeno (NO2). Sin embargo, este enfoque ha generado críticas, sobre todo en el ámbito político, ya que algunos partidos como Podemos consideran que la medida es injusta y afectará principalmente a las familias trabajadoras.

Las negociaciones parlamentarias serán clave para determinar la aprobación definitiva del impuesto. El Gobierno ha señalado que se está trabajando para que esta medida se lleve a cabo mediante un real decreto ley, lo que permitiría evitar un proceso de debate más largo en el Congreso. Sin embargo, las tensiones políticas y las distintas posturas entre los partidos pueden retrasar su implementación. Es probable que el impuesto al diésel entre en vigor en algún momento de 2025, aunque la fecha exacta aún depende de los trámites legislativos. Se calcula para la primavera, justo después de Semana Santa.