De acuerdo: los coches eléctricos son el futuro, pero hay cosas a las que cuesta acostumbrarse: la baja sonoridad del motor de un Tesla o el empuje constante y lineal que percibimos al pisar el acelerador de un Volkswagen ID sorprenden todavía mucho, tanto o más que sonidos que no percibimos en un coche convencional porque el ruido del motor los tapa: en un eléctrico, se oye hasta el ruido que hace el neumático sobre la carretera y el que genera el aire al chocar con la carrocería.  Para algunos conductores, estas nuevas sensaciones resultan molestas y, por eso, las marcas presentan alternativas.

Tesla Model S Plaid
Tesla Model S Plaid

Sistemas de cancelación de ruido

Una de ellas son los sistemas de cancelación de ruido, que nos aíslan del exterior y parecen llamados a convertirse en un elemento más del equipamiento de serie que incluyen los coches eléctricos. Se plantean, incluso, sistemas intraurales que, mediante una señal sonora agradable y continua, cancelan el ruido exterior. Una de las empresas que trabaja en este campo es la israelí Silentium, que acaba de firmar un acuerdo con la firma japonesa Asahi Kasie Microdevices para desarrollar sistemas de captación que permitan diseñar dispositivos de cancelación de ruido más perfectos, más baratos y que no comprometan la seguridad.

¿El futuro?

Estamos, por supuesto, ante una tecnología que resultaba innecesaria en los coches de combustión interna, pero el cambio de paradigma las revaloriza. Hasta ahora, sólo los vehículos de gran lujo como los Rolls Royce incluían sistemas de cancelación de ruido pero, ahora, parece que vamos a encontrarnos con algo tan común como un elevalunas eléctrico.