Como bien saben todos aquellos que tienen a los todo terrenos como su principal objeto de deseo dentro de la industria del automóvil, Land Rover puede presumir de tener en su catálogo una de las referencias desde hace ya muchos años en este segmento.

Ese modelo no es otro que el Land Rover Defender, un modelo que, como ocurre con otras de las referencias en su segmento como es el caso del Toyota Land Cruiser, el Jeep Wrangler o el Ford Bronco, ha ido evolucionando con el paso de los tiempos y se ha ido actualizando y poniendo al día tanto en materia de diseño como de tecnología y motores.

 

Más, tan solo hace falta ver las unidades más modernas de este modelo y compararlas con las de aquel famoso todoterreno que arrasó en los años 80 para darse cuenta del evidente cambio por el que ha pasado toda una institución en la industria como es este Defender.

Land Rover juega una carta ganadora aunque muy cara

Es precisamente viendo que son muchos los conductores que sienten cierta nostalgia de las versiones antiguas del Defender al ver las versiones nuevas lo que ha llevado al fabricante a tomar una decisión que no es que sea precisamente muy habitual en la industria del automóvil.

Y esa no es otra que la de lanzar al mercado una versión basada en las últimas ediciones de este modelo, es decir, las que cuentan con el diseño antiguo, pero adaptarlas al mercado actual con una mecánica muy interesante para hacer de él, eso sí, un capricho.

 

Así, como han apuntado en la marca, Land Rover emplea talleres en los que recupera unidades del Defender clásico fabricadas entre 2012 y 2016 y las reacondiciona por completo y con un motor V8 de 5.0 litros con 405 CV de potencia y 515 Nm de par máximo asociado a un cambio automático con ocho relaciones. La marca apuesta por reacondicionar todas las variantes de este todoterreno, tanto la de carrocería corta como larga y, en el caso de la larga, con 5 o 7 plazas.

Eso sí, cabe tener en cuenta que hacerse con una unidad de este modelo no va a ser precisamente barato, entre otras cosas porque las versiones más sencillas superan los 225.000 €, mientras que las de mayor tamaño rozan los 250.000 €, un capricho tan solo al alcance de los más VIP.