Mazda es un fabricante que, como ocurre con Volkswagen, se queda a medio camino entre una marca generalista y una marca premium por precio y calidad de sus modelos. Así, si bien es cierto que sus modelos más sencillos pueden competir de forma más que clara con modelos generalistas de su segmento, los modelos más top de la marca japonesa tiene precios que ya se disparan por encima de la media, por lo que son modelos destinados a los que no tienen un presupuesto precisamente ajustado.

El mejor ejemplo de ello es uno de los últimos modelos que ha puesto a la venta la marca, el nuevo Mazda CX-60, un SUV que se queda por encima del CX-5 en cuanto a dimensiones y que se presenta como una alternativa a marcas como Mercedes, BMW y Audi con sus SUV de grandes dimensiones.

 

Lo mejor en este caso es que en Mazda han optado por hacer del nuevo CX-60 su modelo mejor dotado también a nivel tecnológico en cuanto a sus motores, con una versión híbrida enchufable muy interesante.

El Mazda CX-60 es ya un modelo muy top

La versión de acceso de este modelo, la que llega con el acabado Prime-Line que, evidentemente, llega muy bien dotado de serie, junto al motor diésel de 200 caballos junto a un sistema de micro hibridación ligera tiene un precio de partida que supera los 50.000 euros, por lo que evidentemente es un modelo dirigido a los que buscan calidad y lujo en un coche.

 

Pero cabe tener en cuenta que si optamos por configurar este CX-60 con el acabado más completo y exclusivo, el llamado Takumi, y lo juntamos con el motor diésel en este caso de 254 caballos de potencia, el precio de partida supera los 62.000 euros, convirtiéndose así en la propuesta más cara dentro del catálogo de la marca japonesa, incluso más cara que este modelo con esta acabado pero con el motor PHEV, que tiene un precio de partida de poco más de 61.000 euros.

Saben muy bien en la marca que estas versiones no van a ser precisamente las más vendidas en España, aunque saben también muy bien que tener modelos de este rango de precios les ayuda a ser reconocida como una marca premium, y eso acaba teniendo un impacto en su valor de marca muy positivo, especialmente en los países del norte de Europa donde las marcas premium tienen mucho más peso.