Cuando fabrican medio millón de unidades de ti en cinco años y eres un coche, debe ser que algo han hecho bien tus diseñadores. Un modelo que lo demuestra es el Opel Crossland, que sustituyó al, en su día, exitoso Opel Meriva en 2017 y no ha dejado de sumar adeptos durante el último lustro.
Renovarse o morir
Lo que hicieron bien en Opel fue observar el mercado y entender que aquel Meriva con formato de monovolumen tenía que renovarse o morir, porque el mercado empezaba a pedir otro tipo de coches: los SUV. Lanzaron, así, un nuevo modelo: el Opel Crossland X. Fue una transformación radical, pero el éxito llegó. El nuevo coche era un Meriva reconvertido y la reconversión fue tan importante que hasta le cambiaron el nombre. La integración de Opel en Stellantis ayudó mucho, porque compartió muchas cosas con los Peugeot 2008 y el Citroën C3 Aircross. Hoy, el Opel Crossland sigue vendiéndose muy bien. Al final, quitaron la X que iba detrás de Crossland y, hasta ahora: medio millón de unidades fabricadas y colocadas
¿Cómo es?
Aunque es un gran coche, el Opel Crossland no es un coche grande: mide sólo 4,22 metros y equipa un maletero de 410 litros. Al tener banqueta deslizante, los pasajeros de las plazas traseras viajan más cómodos y, encima, el equipamiento es excelente: asistentes de seguridad, conectividad, faors LED y todo lo habitual. Lo mejor, sin duda, la cámara de visión trasera y el control de tracción adaptativo. Y, encima, se fabrica en España: los Opel Crossland salen de la fábrica que Stellantis mantiene en Figueruelas, cerca de Zaragoza. Recientemente, se ha empezado a producir una versión eléctrica, el Crossland E, que también tiene denominación de origen aragonesa. Podremos comprarlo en 2024.