El futuro, si hablamos de automoción, es el litio y, tanto es así que, de hecho, es ya parte del presente. En Navarra, por ejemplo, la Policía Foral está electrificando ya su parque móvil y, a fecha de hoy, son ya eléctricos el 17% de sus vehículos. Ocurre, sin embargo, que este cambio en proceso -el objetivo del Gobierno de Navarra es conseguir un 50% de electrificación en su parque móvil- está generando problemas: en varios casos no han podido atender una emergencia porque el coche se ha quedado sin batería.

Nissan Leaf de la Policía Foral de Navarra
Nissan Leaf de la Policía Foral de Navarra

Vehículos Nissan

Actualmente, la Policía Foral del Navarra utiliza un modelo de coche eléctrico: el Nissan Leaf, que ofrece una autonomía de hasta 385 kilómetros en sus versiones más potentes. La dispersión de la población (Navarra tiene más de 10.000 kilómetros y 272 municipios) y la escasez de puntos de recarga (hay sólo 127 en toda la región) complica las cosas. ¿Qué solución hay? Pues muy sencillo: tener siempre disponibles vehículos cargados al máximo distribuidos en diferentes bases repartidas por la región. Es más, por supuesto, una cuestión de correcto mantenimiento que de disponibilidad de puntos de recarga.

Otros casos en el mundo

El caso de Navarra no es único. En Estados Unidos, la Policía de Freemont tuvo que dejar escapar a un delincuente tras ver cómo el Tesla Model S con el que le perseguían se quedó sin batería. En el Reino Unido, en concreto en Gloucestershire, les ha ocurrido lo mismo y se han quedado sin batería estando de servicio. Y allí, como en Navarra, trabajan con Nissan Leaf. Los coches eléctricos, sin duda, necesitan más autonomía, pero las distintas policías necesitan cuidar más y mejor sus vehículos.