El auge de la electrificación en el sector automovilístico está marcando un punto de inflexión, y mientras Europa presiona para acabar con los coches de combustión, surge una tendencia que combina lo mejor del pasado y del futuro: la transformación de vehículos clásicos en eléctricos. Esta solución permite preservar la esencia de los automóviles retro sin renunciar a las exigencias de sostenibilidad del mundo actual.

Un ejemplo icónico de esta tendencia es el Mazda MX-5, también conocido como Miata. Los británicos de Electrogenic, una empresa especializada en la conversión de coches clásicos a eléctricos, han decidido dar una nueva vida a este modelo biplaza, famoso por sus faros escamoteables y su agilidad sobre el asfalto. La idea es clara: mantener intacta la apariencia del vehículo, pero convertirlo en un modelo de cero emisiones que destaque por sus prestaciones.

Los diseños retro, cada vez más  populares en el sector del motor

Electrogenic no es nueva en este campo. Con sede en Oxford, la compañía cuenta con una trayectoria consolidada en la transformación de coches clásicos como el Land Rover Defender, el Porsche 911 o el Jaguar E-type. Incluso, los dueños de un DeLorean DMC-12 pueden optar por una conversión eléctrica con esta firma. La clave de su éxito radica en su propio sistema motriz eléctrico, diseñado para adaptarse perfectamente al vano del motor original de cada vehículo.

En el caso del Mazda MX-5, la conversión ofrece una potencia máxima de 160 CV, lo que supone un incremento de 44 CV respecto al motor de 1.6 litros de la versión original. Este aumento se traduce en una velocidad máxima de 185 km/h y un par motor de 310 Nm, más del doble que el del modelo de gasolina. Gracias a este rendimiento, el MX-5 eléctrico promete una experiencia de conducción ágil y emocionante, especialmente en curvas, con un peso total que apenas aumenta en 100 kilogramos.

Mazda MX 5
Mazda MX 5

El Mazda MX-5 se suma a los diseños retro

La autonomía, sin embargo, es limitada. La batería de 42 kWh, ubicada en el túnel de transmisión y parte del maletero, permite recorrer hasta 240 kilómetros con una sola carga. A pesar de este rango, el tiempo de recarga es notablemente reducido: en una hora es posible completar la batería, lo que resulta práctico para trayectos cortos y medianos.

Por supuesto, esta transformación no es económica. El coste del kit eléctrico asciende a 24.000 euros, lo que plantea la pregunta de si es un sacrilegio modificar un modelo tan querido como el Mazda MX-5 o si, por el contrario, representa una oportunidad única para asegurar su supervivencia en el futuro.

Esta nueva moda de convertir coches retro en eléctricos no solo da una nueva vida a vehículos clásicos, sino que también abre un debate sobre cómo conciliar la nostalgia automovilística con la transición hacia un mundo más sostenible. El Mazda MX-5 es solo un ejemplo de cómo la electrificación puede preservar la historia, ofreciendo un puente entre lo tradicional y lo innovador.