Como bien saben todos aquellos que tienen Audi como una de sus marcas de referencia, el fabricante alemán hace ya mucho tiempo que empezó a apostar de forma clara y evidente por los coches 100 × 100 eléctricos. Una apuesta que, si bien es cierto que no está dando seguramente los resultados esperados a nivel de ventas, seguirá siendo más que evidente en el caso del fabricante alemán, aunque cabe tener en cuenta que, como tantos otros fabricantes, ahora en Audi se están replanteando algunas estrategias en torno a los eléctricos.

 

Pero al margen de los posibles cambios de planes por parte del fabricante de los cuatro aros, lo que es evidente es que la entrada en juego de uno de esos nuevos eléctricos, el Audi Q6 e-Tron, no hace otra cosa que dejar muy claro que los que busquen un modelo eléctrico tienen en el una de sus mejores opciones, entre otras cosas porque es un modelo que lleva cargado de tecnología, muy bien dotado en todos los sentidos aunque tiene un problema que seguramente es insalvable para la mayoría.

El Audi Q6 e-Tron es muy top, quizás demasiado

Y ese problema no es otro que el precio. Al margen de los posibles descuentos que podamos recibir por parte del fabricante, la versión más sencilla de este modelo se sitúa por encima de los 71.000 €, un precio que lo aleja de la inmensa mayoría de los bolsillos, incluso de aquellos que están dispuestos a gastarse un poco más para hacerse con un coche 100 × 100 eléctrico.

 

Es cierto que es un modelo que lleva mucho mejor dotado en todos los sentidos que el Tesla Model Y, pero el hecho de que cueste unos 30.000 € más que el modelo americano va a provocar que, por mucho que se quede más o menos al mismo nivel que algunos de sus rivales directos de BMW y Mercedes, sus cifras de ventas no sean las mismas que las del modelo de Tesla.

La parte positiva es que, siendo como es uno de los modelos más modernos de la marca, llega de serie con una autonomía que supera los 630 km, lo que le permite hacer largas tiradas en la autovía y autopista de unos 450 o 500 km, unas cifras impensables hace apenas unos años, mientras que si nos movemos de forma habitual por entornos urbanos la autonomía puede superar tranquilamente los 700 km.