No es que sea precisamente ningún secreto que uno de los principales motivos por los cuales una marca se vuelve exitosa en un mercado tan competitivo como el de Europa es porque productos son, por un lado, de calidad, y, por otro, cumplen con las expectativas que los consumidores han depositado en él.
En este sentido, es más que evidente que las expectativas que depositan los que compran un Dacia no son las mismas que los que comprar un Mercedes, aunque eso no significa que uno de los aspectos más fundamentales para valorar a un fabricante sea el servicio posventa que ofrecer, es decir, todo lo que ocurre una vez la marca ya ha vendido un coche y sigue en contacto con el comprador.
Es más, teniendo en cuenta esto, son muchos los compradores que han dejado de apostar por un fabricante viendo que, cuando ha surgido algún tipo de problema en su coche, la marca no ha dado un buen trato al cliente en cuestión, más allá de que sea un problema o no de garantía.
Peugeot mueve ficha con un problema alertado por la OCU
Un ejemplo de una buena gestión en caso de un problema es cómo ha resuelto pero tú no los problemas a los que se ha enfrentado en los últimos tiempos. Y es que fue hace ya unos meses cuando desde la OCU alertaron que “un fallo de seguridad en las baterías de varios coches híbridos de Peugeot vendidos recientemente podría hacer que llegaran a incendiarse. Este fallo podría afectar a unos 9.000 vehículos en España”.
En concreto, como apuntó en su día la OCU, el problema pasaba porque “las baterías de varias versiones de coches Peugeot 508 y 3008 podrían recalentarse, llegando a provocar el incendio del vehículo”.
En este caso cabe tener en cuenta que la marca decidió mover ficha y llamar a revisión a todos aquellos modelos que podrían intuir que se verían afectados por este problema y que, como suele ser habitual siempre que se da en caso de estas características, en caso de tener que reparar un problema en concreto la marca se ha hecho cargo.
Evidentemente esta buena gestión en el servicio posventa es lo que provoca que fabricantes como Peugeot, que llevan muchos años en Europa, sigan siendo de los mejores valorados por los conductores, aunque eso no significa que puedan tener algún tipo de problema como ocurre con tantas otras marcas.