Es más que cierto que, teniendo en cuenta las cifras de ventas en España en los últimos tiempos, los coches eléctricos siguen representando una minoría respecto a los coches con motor de combustión tradicional, o incluso los híbridos, que se venden mucho más en nuestro país.

Sin embargo, cabe tener en cuenta que cada vez se venden más coches eléctricos en las carreteras españolas y, por lo tanto, el grado de impacto de esta tecnología en nuestro país es mayor. Es por eso que es importante tener en cuenta algunas de las diferencias a la hora de comprarse un coche con un motor de combustión tradicional o optar por hacerse con un coche 100 × 100 eléctrico.

Es evidente que la principal diferencia entre estos dos tipos de coches es que, mientras unos cuentan con un motor de combustión tradicional, ya sea gasolina o diesel, y cuenta con la ayuda de un motor eléctrico, en el caso de los modelos 100 × 100 eléctricos no existe un motor de combustión, sino tan solo uno o dos motores eléctricos que son los encargados de mover al vehículo en cuestión.

Por otro lado, una evidente diferencia es que, mientras que los motores de combustión necesitan combustible para la circular, los modelos 100 × 100 eléctricos necesitan que su batería está cargada, por lo que la fuente de alimentación de motor también es diferente.

Las diferencias en los neumáticos de un eléctrico respecto al resto

Uno de los puntos a favor que tienen los coches eléctricos es que, tal y como se ha comprobado en un reciente estudio realizado en Estados Unidos, el coste de mantenimiento que tienen estos modelos a diferencia del que tienen los modelos de combustión es que es un 40 % más barato mantenerlos a lo largo de los años.

Sin embargo, un elemento que sufre más en los modelos eléctricos que en los modelos de combustión son los neumáticos, entre otras cosas porque, teniendo en cuenta que las baterías son elementos muy pesados y los eléctricos, los coches EV acaban teniendo un peso mucho mayor, hasta un 30% más en según qué casos.

Eso implica que los neumáticos sufren más y que, por ejemplo, debido al mayor peso, los eléctricos tienen una mayor distancia de frenado. Es por eso que los fabricantes de neumáticos dejar muy claro que no es lo mismo escoger un neumático para un coche de gasolina o diésel que hacerlo para un coche eléctrico, siendo los de estos últimos neumáticos fabricados con componentes diferentes y con diseños diferentes buscando, entre otras cosas, una menor carga energética para aumentar a u vez la autonomía.

Por lo que se refiere a cuándo deben cambiarse los neumáticos de un coche eléctrico, desde la DGT aseguran que la norma es la misma respecto a otros tipos de coches, es decir, hacerlo como máximo cada 10 años. Sin embargo, con los eléctricos sería mejor revisarlos cada 40 o 50.000 km y, si el fabricante así lo indica, cambiarlos.