No es que sea precisamente ningún secreto que, siendo una tecnología relativamente joven, los coches eléctricos están enfrentando los últimos tiempos a muchos problemas. Y es que, más allá de que sigan siendo muchos los conductores que tengan muy claro que, si por ellos fuera, los motores de combustión nunca desaparecerían, los eléctricos se enfrentan a diferentes problemas hoy en día, especialmente en un país como España donde la infraestructura no es aún tan buena como lo es en otros países europeos.

Pero más allá de los principales problemas en cuanto a las cargas y a la autonomía de los eléctricos, y dejando de lado también el hecho de que siguen siendo modelos mucho más caros que sus equivalentes con motores de combustión, uno de los principales problemas que están teniendo muchos de los conductores de los eléctricos actualmente en nuestro país son las altas temperaturas.

 

Y es que, a diferencia de lo que ocurre con un motor de combustión tradicional o incluso con un motor híbrido, las altas temperaturas acaban derivando en el rendimiento de la batería de un coche eléctrico, que no deja de ser el elemento más importante de este tipo de vehículos.

El estudio que evidencia lo mal que sientan las altas temperaturas a los coches eléctricos

No es que sea precisamente ningún secreto, entre otras cosas porque ya han aparecido diversos estudios al respecto, que las temperaturas extremas no hacer otra cosa que menguar la optimización de las baterías de los eléctricos, y eso acaba provocando con una reducción más que drástica de la autonomía de este tipo de coches.

Un buen ejemplo de ello son temperaturas extremadamente bajas, por debajo de los 0°, donde las baterías sufren mucho y, por lo tanto, acabar reduciendo la autonomía de sus coches.

 

Sin embargo, es ahora en verano, y especialmente en un país como el nuestro donde muchas regiones se superan los 38° sin ningún tipo de problema, donde este tipo de modelos también sufren, y mucho.

Es más, ha sido un estudio realizado en Estados Unidos por parte del Recurrent el que ha comprobado cómo, si bien es cierto que hasta los 35° el descenso de la autonomía de los eléctricos es muy menor, de apenas un 5 %, una vez un eléctrico circula por entornos con temperaturas de 38° superiores, las baterías pueden llegar a tener una pérdida importante de capacidad y, por lo tanto, reducir la autonomía de estos coches hasta casi un 30 %.