El Toyota RAV4 puede presumir de ser una de las compras más racionales desde hace ya unos cuantos años, entre otras cosas porque el modelo japonés se presenta como una opción perfecta como su familiar y que, además, llega de la mano de los fiables y eficientes motores híbridos auto recargables de Toyota, su mejor argumento de venta.
Así, por mucho que algunos de sus rivales directos se hayan renovado recientemente y se conviertan en opciones también muy atractivas, el modelo japonés sigue siendo toda una referencia a nivel mundial.
El problema en este caso es que, especialmente entre aquellos conductores que buscan un modelo premium, hay alternativas a este Toyota que, aunque sean evidentemente más caras, acaban siendo mejor en todo, siendo un claro ejemplo de ello la gran apuesta de Mercedes en Europa en los últimos años: el GLC.
El Mercedes GLC PHEV es más caro que el Toyota, pero mejor en todo
No es casualidad que este modelo se haya convertido en una de las auténticas referencias de la marca en las carreteras del viejo continente, entre otras cosas porque pasa por ser un SUV de generosas dimensiones que llega excelentemente dotado en todos los sentidos.
Dentro de su gama de opciones mecánicas, lo más interesante es la que llega con un motor híbrido enchufable de más de 300 caballos de potencia que llega asociado a una transmisión automática, a una tracción a las cuatro ruedas y que cuenta además con una batería que le permite tener ni más ni menos que 120 km de autonomía 100 × 100 eléctrica, una de las mecánicas más interesantes entre las premium.
Esta versión tiene un precio de partida de unos 65.000 €, por lo que evidentemente no es un coche barato, pero teniendo en cuenta que la versión mejor dotada del Toyota, que sigue estando por detrás, tiene un precio de partida de unos 53.000 €, no son pocos los que ven en este plan B pijo al modelo japonés una opción mucho más recomendable, especialmente si el presupuesto no es ajustado.