Como ocurre en tantas otras industrias a nivel mundial, dentro de la industria del automóvil se pueden encontrar todo tipo de fabricantes, desde fabricantes de coches extremadamente sencillos para aquellos que tienen presupuestos muy bajos hasta fabricantes que tan solo van dirigidos a aquellos clientes que buscan coches no ya tan solo exclusivos, sino únicos.

Evidentemente cabe tener en cuenta que este tipo de fabricantes tan lujosos no pueden presumir en ningún caso de ser las marcas más vendidas, pero sí que puede presumir de tener en sus catálogos algunos de los coches más caros del mercado actualmente, algo que evidentemente eleva su estatus dentro de la propia industria.

Como suele ser habitual siempre que se hacen en listas de cuáles son los coches más caros del mundo cabe tener en cuenta que en ningún caso estamos ante coches que sean considerados coches de producción, sino más bien lo contrario, coches que en la inmensa mayoría de los casos se han fabricado para un solo cliente y tan solo cuentan con una unidad, lo que evidentemente eleva aún más su valor en el mercado y los convierte en opciones literalmente únicas.

Los 3 coches más caros del mundo son Rolls-Royce

Si bien es cierto que entre los coches más caros a nivel mundial se encuentran algunos deportivos de marcas como Bugatti o Pagani, los tres que forman el podio son de un mismo fabricante: Rolls-Royce.

El más caro no es otro que el Rolls-Royce La Rose Noire Droptail, valorado en más de 27 millones de euros y que cuenta con una carrocería descapotable de dos plazas con techo de cristal que, ojo, cuenta un exclusivo reloj Cronograph valorado en más de 200.000 euros en el salpicadero. En cuanto al motor, llega con un  V12 6.75 de 600 CV de potencia.

 

Justo por detrás aparece el Rolls-Royce Boat Tail, valorado en más de 25 millones de euros y que cuenta con el mismo motor, aunque en este caso algunos de sus detalles más curiosos es que llega con un interior de alta gama con nevera para champagne y una sombrilla.

 

Cerrando el podio llega el Rolls-Royce Arcadia Droptail, con un valor de 25 millones de euros y que cuenta también con el mismo motor pero en este caso con un diseño que lo acerca más a un prototipo, algo que lo convierte para muchos en la opción más atractiva de las tres.