Uno de los principales motivos por el cual la inmensa mayoría de los conductores en España acude al mercado de segunda mano para hacerse con un coche usado que, evidentemente, siendo como son coches usados, su precio es bastante más bajo que el mismo modelo pero configurándolo nuevo.
Es más, no es casualidad que en los últimos años las cifras de ventas de coches usados hayan sido prácticamente el doble que las cifras de ventas de coches nuevos en España. Eso sí, cabe tener en cuenta que, como bien saben todos aquellos que han sufrido alguna tomadura de pelo en este sentido, no siempre las operaciones de compraventa de coches de segunda mano acaban siendo operaciones satisfactorias, especialmente para el comprador.
No es que sea ningún secreto que lo mejor para hacerse con un coche de segunda mano es, o bien hacerlo directamente a través de un fabricante oficial que ofrezca garantía de que haya revisado el coche, o bien, en el caso de hacerlo a un comprador particular, intentar conseguir la máxima información de ese modelo más allá de acudir a los mejores talleres de confianza para que le hagan la revisión exhaustiva el coche antes de dar el ok final.
Este BMW es un ejemplo de un problema que va a más
El problema en estos casos es que hay ocasiones en las que, incluso si el comprador ha decidido llamar el coche a un mecánico y lo está comprando a alguien que parece confianza, en algunos casos las tomadura de pelo son notables.
Como ejemplo de ello es el caso de un conductor que compró un BMW por 10.000 € y que, en realidad, tal y como apuntado el mecánico Ángel Gaitán en una de sus publicaciones en sus redes sociales, es un coche que debería haber tenido un valor de entre 3000 y 4000 €, entre otras cosas porque estaban muchas peores condiciones de las que se prometió al comprador.
Uno de los principales problemas en este caso es que suele ser habitual es que el vendedor decidió manipular el contador de kilómetros y rebajar casi 40.000 km, haciéndole creer al comprador que estaba comprando un coche de 150.000 km cuando estaba comprando un coche de casi 200.000 km.
Un problema que está yendo cada vez a más en nuestro país y que no es precisamente fácil de solucionar, entre otras cosas porque, como ocurre en este caso, las estrategias de los timadores a la hora de manipular cierta información ciertos aspectos del coche son cada vez más efectivas.