De acuerdo: fabricar baterías es caro y montarlas en un vehiculo, seguramente, también. Por eso, los coches híbridos cuestan más que los convencionales, que equipan sólo motores térmicos. Hasta ahí, de acuerdo, pero ¿tiene sentido que la versión híbrida de un vehículo cueste casi el doble que la que equipa motor de combustión? No lo parece, la verdad, pero hay un caso en el que se da este aparente despropósito. Y la protagonista, además, es una marca española: hablamos de Seat y de su SUV Tarraco.

¿Cuánto cuesta la versión híbrida del Seat Tarraco?

Según el portal de ofertas quecochemecompro.com, quien desee hacerse con un Seat Tarraco híbrido este verano deberá abonar 50.560 euros como mínimo, ya que ése es el precio oficial de la versión de acceso. A cambio de esa inversión, te llevas a casa un SUV de 4,73 metros de largo con siete plazas y un maletero de 760 litros que equipa un motor PHEV 1.4 de 245 CV. Los acabados son correctos y tienen poco que envidiar a los de otros vehículos de su nivel y precio. De serie, incluye ópticas LED dinámicas, techo panorámico doble, tapizado en piel, asistente al aparcamiento automático, suspensión adaptativa, control de ascensos, portón automático, acceso sin llave, arranque por botón, lector de señales de tráfico y detector de fatiga, peatones y ciclistas.

Seat Tarraco Híbrido
Seat Tarraco Híbrido

¿Y la versión convencional?

El Seat Tarraco convencional, también según quecochemecompro.com, cuesta en su versión de acceso este verano 29.990 euros gracias al descuento de 6.920 euros que aplica la marca. Monta un motor 1.5 TSI de 150 CV y es idéntico al Seat Tarraco híbrido por dentro. De hecho, hasta el maletero tiene la misma capacidad. Se trata, sin duda, de un gran coche, pero cuesta explicar el porqué de una diferencia de precio tan abismal entre sus dos versiones. El Volvo XC90, por ejemplo, ofrece este verano su versión convencional a partir de 66.000 euros y la híbrida, a partir de 88.000. El precio es un tercio superior, pero la diferencia entre una y otra versión no llega a ser de casi el doble, como en el caso del Seat Tarraco