Skoda ha demostrado en muchas ocasiones que, por mucho que forme parte del grupo Volkswagen y que por tanto haya ciertas decisiones que no pueda tomar, sí que todo lo que está a su alcance acaba teniendo mucho sentido y acaban siendo decisiones tomadas desde la razón y no desde la emoción.

 

Un buen ejemplo de ello es el hecho de que, pese a que el fabricante no lo ha descartado aún oficialmente, ha dejado muy claro que no quiere formar parte de una de las nuevas batallas en las que sí que ha decidido entrar Volkswagen, que no es otra que la de volver a apostar por los coches urbanos, una batalla que no tuvo éxito en su día y que apunta a ser también muy complicada en los próximos años.

Skoda no quiere un urbano eléctrico

No es que sea ningún secreto que Volkswagen está preparando la llegada del futuro ID.1, modelo que por tamaño será el equivalente al los ya desaparecidos Volkswagen UP!, Skoda Citygo y Seat Mii, modelos que no fueron rentables para ninguno de los tres fabricantes.

El hecho de que el nuevo modelo alemán vaya a ser un coche 100 × 100 eléctrico y por lo tanto encaje mejor con las necesidades de los clientes europeos es lo que sirve como argumento para que Volkswagen siga apostando por él, pero es un argumento que tampoco acaba de convencer a la marca checa.

 

“Skoda no participa en el proyecto de vehículos eléctricos de 20.000 euros, pero se compromete a ampliar su cartera de vehículos eléctricos para satisfacer la creciente demanda de los clientes”, han apuntado fuentes internas de la marca a medios alemanes, dejando muy claro que, por mucho que sí que van a seguir apostando por los eléctricos como es el caso del futuro Epiq, un crossover del segmento B, no quieren saber nada de coches que acaban siendo difíciles a la hora de rentabilizar, o al menos teniendo en cuenta lo que ocurrió en su día con los tres urbanos del grupo Volkswagen.