Dacia lleva muchos años siendo una de las marcas de referencia en las carreteras europeas entre los conductores que tienen un presupuesto bajo precisamente porque ha sabido situar siempre a sus modelos uno o varios escalones por debajo respecto a la inmensa mayoría de sus rivales directos en lo que se refiere a precio.

Teniendo en cuenta la inflación en los últimos años y el aumento generalizado de los precios en la industria, no es que sea casualidad qué opciones como el Sandero, el Duster, el Spring o el Jogger se hayan convertido en auténticas referencias en sus categorías, siendo de hecho el Dacia Sandero el coche más matriculado en las carreteras del viejo continente en el pasado 2024.

 

Pero el problema que tiene Dacia es que, más allá de que sus ventas estaban empezando a preocupar algunas marcas generalistas, la llegada al mercado de algunos fabricantes chinos con propuestas también muy interesantes es lo que ha provocado que marcas como Citroën hayan decidido dar un paso adelante y ahí han apostado por lanzar al mercado productos con precios de low-cost pero que se sitúan por encima lo que se refiere a calidad.

El Citroën C3 Aircross, un SUV familiar a precio de Dacia

Un claro ejemplo de ello es la nueva generación del Citroën C3 Aircross, un SUV que ha crecido en cuanto a tamaño respecto a la generación anterior hasta el punto que incluso se puede llegar a configurar con siete plazas, aunque evidentemente la opción más polivalentes la que llega con la configuración de cinco plazas.

Teniendo en cuenta todos los descuentos y todas las promociones que ha puesto ahora la marca francesa encima de la mesa, la versión de acceso de este modelo se queda en torno a las 19.000 €, es decir, un precio muy similar al que tiene el Dacia Duster más sencillo de todos.

 

En el caso del Citroën, cuenta con una mecánica de gasolina de 100 caballos de potencia asociado a una transmisión manual y sin ningún tipo de hibridación, una mecánica sencilla pero más que correcta para un uso diario, aunque puede quedarse quizás algo corta para largos viajes a altas velocidades en según qué situaciones.

También es cierto que a nivel de equipamiento, especialmente en la versión de acceso, este Citroën se queda un poco corto, pero el hecho de formar parte de una marca generalista lo sitúa un escalón por encima de un Duster que, pese a que ha mejorado mucho en su actual generación, sigue formando parte de una marca low-cost, y eso es algo que para muchos conductores, al menos de momento, sigue siendo un punto en su contra.