Hace apenas unos años la inmensa mayoría de los fabricantes importantes de la industria del automóvil tenían muy claro que los coches eléctricos se iban a convertir en los coches de referencia en los principales mercados a nivel mundial.

En este sentido, si bien es cierto que hay algunos fabricantes como es el caso de Tesla que no han hecho otra cosa que crecer de forma constante desde hace ya muchos años, la implantación del coche eléctrico en algunos de los mercados más importantes del mundo como es el caso del mercado europeo y el mercado norteamericano no está siendo tan rápida como muchos se esperaban.

Son muchos los motivos los que, por ejemplo en España, llevan a muchos conductores a descartar el coche eléctrico, entre otras cosas porque son coches más caros que sus mismas opciones con motores de combustión, que cuentan con menos autonomía, que su tiempo de carga es mucho más largo que el de llenar un depósito de gasolina así como el hecho de que, por mucho que sea pronto teniendo en cuenta que los eléctricos son coches relativamente jóvenes en el mercado, la degradación de la batería es también un factor clave.

Los eléctricos no son tan ‘limpios’ como muchos creen

En este sentido, uno de los grandes argumentos a favor de este tipo de coches es, como apuntan los que están convencidos de que el coche eléctrico es el futuro, es que son coches que acaban siendo mucho menos agresivos contra el medio ambiente, entre otras cosas porque son coches que no contaminan mientras circulan.

 

Eso sí, no es que sea precisamente ningún secreto que durante el proceso de fabricación y de distribución la contaminación es la misma o incluso superior que hay muchos modelos de combustión, así como el número de emisiones de polvo fino tal y como ha demostrado un reciente estudio.

Parece ser que el hecho de que los coches eléctricos necesiten neumáticos de mayores dimensiones y con componentes diferentes a los de combustión así como el hecho de que los frenos sufras mas es lo que acaba provocando que, al ser modelos más pesados, acaban emitiendo mayores partículas de polvo fino, algo que los acabó convirtiendo en modelos peores en lo que se refiere al medio ambiente. No será hasta la entrada en vigor de la nueva normativa Euro 7 que medirá esta cuestión en concreto cuando se sabrá hasta qué punto los resultados de este estudio son o no fiables, pero desde luego no es una buena noticia para los eléctricos.