Desde su llegada al mercado, los coches eléctricos han estado bajo constante escrutinio, especialmente por las dudas sobre la durabilidad de sus baterías. Críticos han señalado problemas como su impacto ambiental, el tiempo necesario para cargarlas y los temores sobre una rápida pérdida de capacidad. Sin embargo, un análisis reciente de P3 Group sobre más de 7.000 vehículos eléctricos desmonta estos mitos, revelando que las baterías no solo son confiables, sino que superan en longevidad las expectativas iniciales.
La preocupación sobre la durabilidad de las baterías se ha alimentado en parte por desconocimiento. Aunque los motores eléctricos son una tecnología probada desde hace décadas, muchas personas creen que los coches eléctricos enfrentan desafíos inéditos. Lo cierto es que los principales problemas reportados no tienen que ver con las baterías o motores, sino con el software que controla los sistemas del vehículo. Esto significa que los componentes mecánicos y eléctricos, incluyendo las baterías, son notablemente robustos.
Un estudio revela que las baterías duran más de lo que dicen los fabricantes
Una de las claves para evaluar la salud de una batería es el llamado SoH (State of Health), un indicador que mide el envejecimiento y la capacidad restante. Al inicio de su vida útil las baterías experimentan una caída más pronunciada en los primeros 30.000 kilómetros, reduciéndose al 95% de su capacidad. Esto se debe a que durante sus primeros ciclos de carga, la formación de una capa SEI en el ánodo provoca una ligera pérdida inicial de capacidad.
Sin embargo, esta capa estabiliza el rendimiento a largo plazo, con lo que el desgaste se desacelera considerablemente con el tiempo. Con prácticas adecuadas de carga y cuidado, las baterías pueden mantener un excelente rendimiento durante años.
Los coches eléctricos de Tesla, MG y compañía tienen una durabilidad mayor de lo anunciado
Sorprendentemente, los datos del estudio muestran que las baterías conservan alrededor del 90% de su capacidad tras 100.000 kilómetros. Más aún, incluso al superar los 300.000 kilómetros, muchas mantienen un promedio del 87% de su capacidad original. Estas cifras están muy por encima de lo que los fabricantes suelen garantizar, que suele situarse entre el 70% y el 80%.
Este rendimiento excepcional desafía la creencia común de que las baterías de coches eléctricos son caras de reemplazar y de corta duración. En realidad, en la mayoría de los casos, la batería tiene una vida útil más larga que el propio coche. Esto significa que los propietarios rara vez necesitan enfrentarse a un costoso cambio de batería durante el tiempo que tienen el vehículo.