Es de sobras conocido que uno de las situaciones más comprometidas para los conductores en nuestro país es la de, al ir a arrancar el coche, ver como la batería no responde y por lo tanto no podemos arrancar el vehículo. Una situación que se suele dar más en los meses de frío, especialmente entre aquellas baterías que no están en buen estado.

En este sentido, no es que sea casualidad que desde organismos como la DGT apunten, especialmente si sabemos que vamos a estar viajando conduciendo en zonas muy frías y en las que no sería precisamente fácil recibir ayuda en según qué casos, comprobar el estado de la batería y, en el caso de que no sea un estado óptimo, cambiarla para ahorrarnos unos cuantos problemas.

Sin embargo, en la inmensa mayoría de los casos que sucede esto evidentemente sucede como un imprevisto, por lo que lo más habitual es que la inmensa mayoría de los conductores recurran a su seguro para que venga una grúa y les ayude a arrancar el coche a través de las pinzas que carga la batería o, en el peor de los casos, que se sustituya directamente la batería.

Un truco poco conocido para arrancar el coche

Eso sí, no es que sea precisamente ningún secreto que hay ciertas situaciones en las que no es necesario llamar a un especialista para que nos ayude en este sentido ya que podemos nosotros mismos arrancar el coche. Un buen truco en este caso es el de empujarlo o, en el mejor de los casos, que esté situado en una zona de un desnivel para que, una vez el coche esté en marcha, poner la marcha y que se encienda sin la necesidad de la batería.

Pero un truco poco conocido está estrechamente relacionado con este mecanismo, aunque en este caso lo haremos con el coche parado. Para ello, primeros pondremos la llave en el contacto, meteremos segunda marcha y levantaremos el coche con un gato dejando uno de los neumáticos delanteros en el aire. Una vez este neumático está en el aire, necesitaremos una cuerda para rodear al neumático (o dos cinturones unidos) y entonces tirar de la cuerda para que la rueda gire y con ella también lo hagan los cilindros y el coche se acabe encendiendo.

Una vez el motor ya se ha encendido deberemos quitar la marcha, el gato y todo lo que hayamos necesitado, despejar el camino y proseguir la marcha en dirección, eso sí, del taller más cercano para que nos cambien la batería.