Ganar o marcharse a casa. Leo Messi y Argentina afrontan este sábado (16.00 horas / Cuatro) el segundo cara o cruz del Mundial de Rusia. Esta vez contra Francia. Los octavos de final han provocado uno de los cruces más atractivos posibles entre dos selecciones que llegan a la cita con sensaciones opuestas.
El empuje de Nigeria
Los argentinos certificaron el pase a octavos a falta de cinco minutos para el final del partido contra Nigeria. El gol de Marcos Rojo reescribió el destino de un grupo de futbolistas que se acercaba al precipicio. El golpe de efecto ha tranquilizado a todo un país, sacudido por el empate contra Islandia y el porrazo ante Croacia. El pesimismo se ha transformado en optimismo. Y el estado de forma de Messi tiene parte de culpa.
El delantero del Barça y capitán del albiceleste se estrenó como goleador en el momento más crítico, dejando atrás las malas sensaciones con las que empezó el torneo. Su gol abre una ventana de luz a Jorge Samapaoli, que se cuelga de sus hombros para seguir superando obstáculos. El vasallaje del seleccionador a su estrella da a entender que no habrá muchos cambios en el once inicial, revolucionado en la última jornada.
Argentina sabe que tiene que centrar todas sus fuerzas en activar a Messi para que este haga y deshaga en su aire. La entrada de Éver Banega en el medio del campo le dio otro aire al juego del equipo y al del capitán. Messi necesita socios y no enemigos con su propia camiseta. En la portería repetirá Franco Armani, uno de los culpables del pase a octavos.
Mucho talento contenido
Francia sigue entre las candidatas al título, a pesar de empezar el Mundial a medio gas. La acumulación de talento en la delantera no ha estallado como los analistas pensaban y el músculo en medio del campo ha acabado anestesiando la libertad individual. El seleccionador Didier Deschamps, que ha hecho cambios en todos los partidos, necesita encontrar la fórmula para equilibrar un equipo que arriesga con partirse por la mitad.
Sin embargo, los franceses han sido capaces de sumar siete puntos para acabar liderando el grupo. El cruce contra los argentinos no les llega en un buen momento y se lo juegan todo a contener el talento de Messi. La diferencia entre su ataque y la defensa argentina puede acabar desnivelando la balanza en un partido que sólo tiene dos precedentes.
Samuel Umtiti se perfila como titular mientras que Ousmane Dembélé podría empezar en el banquillo, tal y como hizo contra Perú. Parece indudable de que Francia, posición por posición, tiene mejor equipo que Argentina. Pero el portero Hugo Lloris ya avisa: "No hay ningún jugador que se pueda comparar con Messi".