Harry Kane evita la enèsima sorpresa en el Mundial de Rusia. El delantero del Tottenham, con dos goles (uno de ellos en el tiempo de añadido), da tres puntos de oro a Inglaterra contra Túnez (1-2).
Poco premio
La puesta en escena de los ingleses ha sido una de las mejores de este Mundial: descarada, intensa y ofensiva. El tsunami inglés amenazaba a Túnez, que volvía a una Copa del Mundo después de doce años. Inglaterra iba en moto y llegaba siempre antes a las jugadas divididas. Su juego fluía sin problemas. A pelota parada, el capitán Kane ha deshecho el 0-0 después de aprovechar un rechace del portero Mouez Hassen, que ha durado poco más de diez minutos sobre el campo por culpa de una mala caída.
El guion parecía que sólo podía tener un final. Y este era una goleada. Pero en este Mundial nada es lo que parece. Los tunecinos, con criterio cuando tenían que salir al contragolpe con la pelota controlada, han conseguido cambiar la inercia gracias a un absurdo penal de Kyle Walker. Ferjani Sassi no ha desperdiciado el regalo para consumar una injusticia. Inglaterra merecía mucho más que un empate al descanso.
Raheem Sterling hacía lo que quería entre líneas, pero Jesse Lingard tenía el punto de mira desviado. Los ingleses tenían que afinar la puntería para evitar tropezar. Y tenían 45 minutos para hacerlo entre la plaga de mosquitos que decoraba la noche de la ciudad rusa de Volgogrado.
Menos ritmo
El seleccionador inglés Gareth Southgate no ha tocado nada en el descanso, confiando en la justicia del fútbol. Pero su equipo ha levantado el pie del acelerador. Inglaterra ya no corría con la misma alegría y tenía muchos más problemas para generar ocasiones claras de gol. Kane bajaba a recibir cerca del círculo central para activar una circulación que había perdido gran parte de su sentido.
Túnez aceptaba el nuevo escenario porque firmaba llegar a los últimos minutos con opciones de sumar la victoria. Los ingleses no han mejorado con el paso del tiempo y han acentuado sus limitaciones, al descubierto ante el empate. Su sistema necesitaba una revolución y Southgate lo ha intentado con la entrada de Marcus Rashford y Loftus-Cheek.
La estrategia no ayudaba a erosionar el sistema defensivo de los tunecinos, imperturbable. España, en uno de los amistosos previos al Mundial, ya lo sufrió en primera persona y acabó resignándose como hoy parecía que hacía Inglaterra hasta el tiempo añadido. Kane ha recogido uno pilota muerta de un córner para rematar de cabeza en el segundo palo. Gol y victoria agónica.