Portugal empata contra Irán y se clasifica para los octavos de final del Mundial de Rusia como segundo de grupo, por detrás de España (1-1). El VAR hace soñar a los iraníes en el tiempo de descuento después del gol de Ricardo Quaresma y el error de Cristiano Ronaldo desde el punto de penalti. La vigente campeona de Europa se jugará el pase a cuartos contra Uruguay.
Los amigos de la defensa
Los iraníes sabían que su fortaleza residía en resistir todo lo posible para llegar vivos a la segunda parte. La defensa era su gran argumento para intentar competir contra una Portugal que llegaba con ventaja a la última jornada de la fase de grupo. El partido era a cara o cruz.
Los portugueses cambiaban el dibujo después de que España tuviera que sudar tinta para superar a una selección que sólo encajó dos goles en toda la fase de clasificación. André Silva acompañaba a Ronaldo en la punta de ataque. La fórmula ha estado a punto de tener efectos inmediatos. Cristiano sólo ha tardado dos minutos en enviar el primer disparo a portería y Joao Mario ha dirigido mal un rechazo desde la frontal del área.
Las ocasiones no trastocaban los planes de Irán, que aprovechaba las jugadas a balón parado para coger aire e hinchar el pecho. El portero Rui Patricio era un espectador más, pero el plan de Carlos Queiroz, seleccionador de los iraníes, era selectivo con las jugadas de ataque. Todos los contragolpes tenían que acabarse de una manera u otra. El orden defensivo pasaba por delante de todo.
Portugal no conseguía traducir el dominio de la pelota en ocasiones claras y consecutivas. Y en una pared aislada antes del descanso, Quaresma ha conseguido derribar la resistencia iraní con una jugada registrada. El exterior de su bota derecha ha dibujado una línea desde la frontal del área hasta la escuadra del portero Alireza Beiranvand. Gol y en vestuarios.
Desperdiciar el VAR
Irán no ha cambiado nada después del descanso porque sabía que un gol podía darle vida. El VAR, sin embargo, ha estado a punto de arrebatársele. Un penalti dudoso sobre Ronaldo señalado por la tecnología amenazaba el partido. Pero el delantero del Madrid, extremadamente fiable desde los once metros, se ha chocado con los guantes de Beiranvand.
Los iraníes cogían aire. El error ha dejado inconsciente a Portugal, que sufría cuando tenía que correr hacia atrás. Sin embargo, gracias a la pareja de centrales Pepe-Rui Fonte, ha superado los peores minutos. El partido se calentaba en las jugadas divididas hasta que Queiroz no ha tenido más remedio que arriesgar porque la derrota lo enviaba a casa.
Los cambios no han tenido efecto. Las noticias que llegaban del España-Marruecos esperanzaban a los iraníes, aunque no tenían armas para proponer nada más que orden defensivo y sacrificio colectivo. El VAR, otra vez, ha detonado el partido. Unas manos de Cedric dentro del área han provocado el delirio de Irán en el tiempo añadido. Karim Ansarifard ha aprovechado el regalo para hacer el 1-1. Estaban a un gol de la gesta y de eliminar a Portugal. La situación había dado un giro de 180 grados.
Pero ha sido demasiado tarde. El empate final los envía, entre lágrimas, hacia casa después de un Mundial donde han maximizado los recursos y se han convertido en una de las sorpresas más agradables.