Segunda victoria de Uruguay en dos partidos de este Mundial de Rusia. Los sudamericanos vuelven a exprimir sus pocas ocasiones, esta vez contra Arabia Saudí, para certificar su pase a los octavos de final (1-0). El gol de Luis Suárez decora el partido número 100 del delantero blaugrana con su selección.
Juego gris, resultado brillante
Uruguay no luce. Ni tampoco busca hacerlo. El pragmatismo es su gran premisa. Primero se protege y después ataca. No concede ocasiones y lo fía casi todo a su pareja de delanteros. La fórmula, como en el partido contra Egipto, ha vuelto a dar resultado.
El seleccionador Óscar Washington Tabárez introducía dos cambios respecto al debut. Dos cambios que dibujaban, otra vez, la cara que ha ofrecido Uruguay en los últimos años. La vieja guardia volvía sobre el campo.
Un error del portero de Arabia Saudí ha servido en bandeja el gol a Suárez. Un regalo a la salida de un córner que ayuda a disimular la falta de puntería con la que el delantero del Barça empezó el Mundial. El gol ha servido para comprobar que Uruguay se encuentra muy cómodo defendiendo con el marcador a favor.
Diego Godín y José María Giménez, centrales del Atlético de Madrid, no tienen que cambiar el chip para jugar con la selección. El sistema es prácticamente idéntico al de los colchoneros. El sacrificio defensivo siempre pasa por delante del lucimiento en ataque.
Los sudamericanos han vuelto a dar una lección. Aburrida, para algunos. Táctica, para otros. La verdad es que la gestión del partido ha estado impecable, ante un rival con muchas limitaciones y que nunca ha cruzado la línea del medio del campo con las ideas claras.
El resultado final elimina a Arabia Saudí y refuerza el Mundial de los uruguayos, que tienen muchas certezas en un plan que seguirán ejecutando en las eliminatorias directas. El último partido del Grupo A, contra la anfitriona Rusia, decidirá la primera posición, clave para evitar cruzarse con España o Portugal.