La historia no siempre avanza a la misma velocidad. Hay momentos en que se ralentiza, pero hay otros en que se acelera vertiginosamente. La tecnología no es diferente. Cuando ampliamos las fronteras de lo posible, sin tiempo todavía para materializar o validar la adopción de las nuevas capacidades, nos encontramos en un escenario que recuerda la fiebre del oro: muchas empresas y startups presentarán nuevas propuestas, algunas funcionarán y otras, como el Metaverso, quedarán atrás. Esta fiebre tecnológica marcará el 2025, con la I.A. generativa como protagonista.
La I.A. generativa ha abierto una auténtica caja de Pandora, permitiendo la creación de aplicaciones inteligentes y autónomas que pueden hacer tareas por nosotros y, sobre todo, ayudarnos a ser mejores y más eficientes. Su impacto ya se hace notar, pero en 2025 redefinirá muchos aspectos de la sociedad y la economía.
Pero estos cambios a menudo chocan con obstáculos. La legislación, habitualmente prudente, frena la adopción de nuevas tecnologías. Los sectores público y militar, conservadores por naturaleza, prefieren invertir en tecnologías tradicionales como aviones supersónicos antes que apostar por drones autotripulados. Estas resistencias han sido un lastre para la aceleración tecnológica. No obstante, en 2025 todo apunta a que este paradigma cambiará.
En los Estados Unidos, liderazgos como el de Elon Musk podrían provocar cambios legislativos en semanas, no años, permitiendo la proliferación de coches autónomos, sistemas de comunicación por satélite y aplicaciones de I.A. generativa. Aquello que antes era un freno se convertirá en un impulso.
Si pensáis que la administración norteamericana es, como siempre, lenta en adoptar cambios, mirad el panorama político actual. Los nuevos tecnólogos republicanos, asociados a empresas como Palantir o el mismo Musk, serán los encargados de marcar las prioridades. Los militares no se quedarán atrás y también adoptarán estas innovaciones.
Mientras tanto, la rivalidad entre los Estados Unidos y China seguirá intensificándose, también en el campo tecnológico. Desde la I.A. generativa hasta los vehículos autónomos o la reinvención del aparato militar, esta carrera acelerará todavía más el progreso. Europa, sin embargo, se verá obligada a añadirse tarde y mal a esta carrera frenética.
La competencia entre grandes empresas también se intensificará. Apple, que parecía dormida, se posicionará nuevamente. Amazon/AWS buscará recuperar terreno, y OpenAI intentará alcanzar 1B de usuarios para consolidarse como un gigante tecnológico. Las empresas chinas empezarán a exportar sus modelos de lenguaje, vehículos autónomos y drones, mientras que Europa, sin innovaciones propias, tendrá que adoptar tecnologías externas. Este es el precio de la "arrogancia tecnológica": regular sin innovar.
En 2025 acelerará el reloj de la historia, haciendo realidad transformaciones que parecían lejanas. ¿Qué podemos esperar? A continuación, las 7 predicciones tecnológicas que marcarán el próximo año:
- Una invasión de agentes inteligentes. Los sistemas de agentes que gestionan tareas como reservar billetes de avión, buscar el mejor precio en Internet o coordinar reuniones serán las estrellas del próximo año. También tendremos sistemas multiagente para tareas más complejas. Este es el modelo de negocio que podría llevar a empresas como OpenAI al club de $1T.
- Las organizaciones compiten con I.A. generativa. Empresas como McKinsey, Meta e incluso bufetes como Cuatrecasas empezarán a crear modelos propios o a personalizar los de otros. La I.A. generativa gestionando procesos internos, ventas, postventa o servicios al cliente marcará la diferencia.
- Los coches autónomos invaden los EE. UU., China y Europa. Los coches, camiones y taxis autónomos se expandirán masivamente. En los EE. UU., Musk impulsará regulaciones federales. En China, cinco empresas ya operan pilotos. ¿Qué hará Europa?
- La I.A. generativa supera a los humanos. En campos como la ciencia y la tecnología, la I.A. generativa superará las capacidades humanas. Los nuevos descubrimientos científicos y los nuevos desarrollos técnicos se harán con IA generativa de copiloto.
- Hablar con la tele y el coche es lo nuevo normal. Las interfaces actuales, el ratón y las ventanas inventadas por Alan Kay en el centro de Xerox en Palo Alto en los años 70, serán sustituidas por el lenguaje natural. Comunicarnos mediante el habla con los dispositivos será cotidiano.
- El año de los robots humanoides. Los robots humanoides empezarán a entrar en nuestras vidas: en la logística, las fábricas, los hospitales y los hogares. Son robots mucho más flexibles que los anteriores, podrán funcionar de manera limitada en entornos acotados, pero poco a poco estos entornos serán más grandes e interactuarán con nosotros con el habla y a partir del ejemplo. Este será un cambio copernicano para la humanidad, porque el robot humanoide es una tecnología de propósito general y no específico.
- Profesiones como la medicina, la abogacía o la educación cambian para siempre. Hay profesiones que aunque se han tecnificado mucho, no han cambiado en milenios. Esto es debido al hecho de que son actividades basadas en grupos humanos y su interacción a partir de conocimiento especializado. Es el caso de la advocación, la educación y la medicina. Todas estas actividades se harán con copilotos de I.A. sobre los que podrás delegar buena parte no solo del trabajo, sino también de la interacción y de la empatía. Los humanos formarán parte de ello, pero no al inicio. Los servicios baratos serán 100% I.A., mientras que los que incorporen humanos serán un lujo.
2025 será un año parecido a 2023, un año en el que la historia se acelerará y pedirá de nosotros una gran capacidad de cambio, de adopción y experimentación de nuevas tecnologías. Tenemos que recordar dos cosas en este proceso.
La primera es que no es recomendable luchar contra lo inevitable. Si eres de los primeros en adoptarlo, tendrás tiempo para hacerlo a tu manera, tendrás tiempo para cambiar si hace falta. Si luchas contra ello, una vez hayas perdido, ya no te quedará tiempo para cambiar gradualmente. No luches contra lo inevitable.
La segunda es que no puedes conseguir una ventaja competitiva ni personal ni para tu organización utilizando lo que todo el mundo utiliza. Tienes que tener algún sistema propio, algo que el resto no tenga, sea organizativo o tecnológico. Por eso hace falta hacer pilotos, probar y equivocarse, volver a equivocarse y volver a probar, hasta que tengas una organización y una tecnología que no tienen tus competidores. Los que están construyendo sus versiones de los modelos como McKinsey, Cuatrecasas y muchos más, lo saben bien.
2025 es un año de oportunidades, pero las oportunidades no son una lotería, ¡sonríen a quien está preparado y las trabaja!