El próximo martes, a la espera de celebrar el año que viene el medio siglo de la Revolución de los Claveles, la gente de Portugal será la protagonista, en un gran ensayo, de centenares de iniciativas que llenarán calles y plazas de todo el país para celebrar el 49.º aniversario del 25 de abril. Si pervive con tanta fuerza la Revolución de Abril es porque, en su mayoría, las nuevas generaciones se la han hecho suya y conmemoran el presente diverso de una gesta histórica que en su momento parecía imposible de poder vivir en Europa.
Después de la IIGM, las democracias occidentales habían dejado pervivir los residuos del fascismo, vencido por todas partes, en los dos estados peninsulares. En el estado portugués y en el español no se construía ningún "estado del bienestar" ni se proclamaban los derechos humanos, al contrario: siguió la opresión, el miedo, la persecución de los disidentes, las condenas en prisiones donde era muy difícil sobrevivir. Y el exilio implicaba en muchos casos cruzar una parte de la Península también enemiga de las libertades, escondidos en condiciones muy poco humanas. La dictadura franquista era tanto o más salvaje con los no afectos al "Estado Novo" de perfil fascista impuesto por el régimen de Antonio Oliveira Salazar desde 1932, y desde 1968, de Marcelo Caetano. Al fin y al cabo, el Estado Novo no tenía nada de nuevo: representaba el poder de unos latifundistas medievales, la opresión colonial mantenida por la guerra en Angola, Mozambique y otros países africanos para mantener el poder y las riquezas de las grandes familias, mientras la pobreza y las deplorables condiciones de vida eran el día a día, la supervivencia y la muerte, del pueblo portugués. Una buena muestra sería la tasa de mortalidad infantil de Portugal que cayó de veinticuatro recién nacidos muertos de cada mil antes de su primer año de vida desde la década de los años 1980 a los tres recién nacidos muertos por cada mil en su primer año en 2006. La espectacular mejora se explica sobre todo por la disminución de la mortalidad de los recién nacidos, que pasa del 15,5 por mil nacidos vivos al 3,4 por mil.
Si pervive con tanta fuerza la Revolución de Abril es porque, en su mayoría, las nuevas generaciones se la han hecho suya y conmemoran el presente diverso de una gesta histórica que en su momento parecía imposible de poder vivir en Europa
Con respecto al resto de derechos, su inexistencia propició el nacimiento de la asociación Amnistía Internacional a partir del artículo escrito por el abogado inglés Peter Berenson en The Observer denunciando, en 1961, que habían sido detenidos dos estudiantes portugueses cuando brindaban por la libertad. Como explican en la página de inicio de su web, el artículo se tituló, en inglés, "Los prisioneros olvidados" y dio inicio a un llamamiento por la amnistía. Del gran eco y aceptación de este llamamiento se derivaría más tarde Amnistía Internacional, que cuenta ahora con más de 10 millones de personas en más de 70 países.
Ahora, a punto de cumplirse los 50 años de la Revolución de Abril, las protestas contra la desigualdad continúan, y siguen las luchas para recuperar los derechos que se consiguieron después del 25 de Abril. El "Grandola, Vila Morena" de Zeca Alfonso que habla de fraternidad, se recupera y se funde con voces jóvenes que siguen interpelándonos. Son, por ejemplo, las chicas del grupo Segue-me à Capela o la rapera portuguesa Capicua, que nos advierte: "Ouve o que eu te digo, / Vou-te contar um segredo, / É muito lucrativo que o mundo tenha medo" ('Escucha lo que te digo / te explicaré un secreto / es bastante lucrativo que el mundo tenga miedo').
Zé Moreira, el añorado compañero catalán-portugués que vivió la revolución portuguesa desde el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y desde las "comissoes de moradores" (un antecedente de los CDR del momento), lo explicaba muy bien: "El MFA podía ser el detonante, pero la revolución la hicieron los ciudadanos, que salieron inmediatamente a las calles y se unieron a los militares. Si no es por la fuerza del pueblo, Abril no triunfa. Los militares habían organizado un levantamiento militar para tumbar la dictadura, pero la Revolución de los Claveles no es eso. Como el pueblo salió a la calle a millones, todo el mundo fuera, aplaudiendo y al lado de los militares, hizo posible que fuera una revolución auténtica".
Y para recordar y traducirlo de mil maneras, leemos este año, en vísperas de la gran fecha: "Abril se hizo con el pueblo, y es en la calle donde se afirman y se defienden sus valores".
25 de Abril, siempre.