¿Sabe por qué el humor molesta tanto a los integristas totalitarios descerebrados? Porque no lo entienden. Y eso los fastidia mucho.
El humor los desenmascara y los desmonta porque los desnuda con el arma más letal posible: la inteligencia. Por eso el humor hace tanto de daño a los seres unineuronales, porque no lo pueden combatir.
Los seres primarios contestan un puñetazo con uno otro puñetazo. Es su lenguaje. En cambio, el humor y la ironía no tiene en ellos respuesta posible a la altura y la bilis los hace contestar todavía con más virulencia.
Piense en cuántas páginas se han escrito y cuántas horas han dedicado los medios audiovisuales a hablar de los diferentes fascismos violentos. Y ahora piense en las caricaturas de Mahoma, Charlie Hebdo, en Pepe Rubianes, en Leo Bassi... El bufón, blanco de las iras de quien dice que tiene razón y que tiene tanta que está dispuesto a matar, enviar artefactos explosivos caseros o “sólo” amenazar de muerte a quien se ríe de su pretendida razón universal.
¿Por qué escribo eso? Bien, porque este miércoles en BCN ha sucedido esto.
¿La causa de la agresión podría ser alguna otra? Sí. De chalados el mundo está lleno y tampoco necesitan muchos motivos para demostrarlo. Por lo tanto, ahora mismo todo son especulaciones. Ahora bien, la revista y sus colaboradores han sufrido suficientes amenazas personales y colectivas y han sido el objetivo de las iras de grupos sociales, políticos y religiosos tan diversos, variados y numerosos como para no descartar que la hipótesis pueda ser factible.
En todo caso, la diferencia entre la gente normal y los intolerantes totalitarios en posesión de tanta verdad absoluta que se la quedan toda, es que ellos no tienen sentido del humor. Por lo tanto, nunca serán felices. Una pena, pobre gente.