Reconozco que para una como yo, que nunca se ha colado en el metro y a la que le encanta seguir las normas (porque me hacen sentir más segura), me explota la cabeza cuando veo la alegría con la que la gente no se pone el condón. Si incluso siendo una empollona (abstenerse de los chistes) más de una vez he tenido un susto, no quiero ni imaginarme a la gente que tiene que morderse las uñas cuando se acerca el momento del ciclo o cuando se hace un análisis de sangre. "Sí, sí, lo sé, pero en ese momento no pienso en ello", me dicen cuando les pregunto cuánto tiempo llevan sin hacerse la prueba del VIH. "Es que íbamos un poco contentos", es la excusa más recurrente. Pero, de verdad, a partir de cierta edad, si necesitas el alcohol para tener una relación sexual, tienes un problema. Seguramente, esta premisa también se puede aplicar a cualquier edad, porque el tema del pudor, la vergüenza o el soltarse no puede ser una excusa. Eso era durante mis veinte, porque actualmente incluso en Tinder se especifica si se practicará sexo acompañado de estupefacientes. Se llama slamsex y esta práctica arriesgada tampoco te protege de la hepatitis C o de sufrir una intoxicación aguda. Este sexo químico, también denominado chemsex, se practica con drogas psicoestimulantes que te hacen perder la cabeza y no te preocupas de cuándo y cómo tiene que utilizarse el preservativo. Un amante (padre de familia de más de 50) me preguntó si quería tomarme GBL con él. Recuerdo cuando se lo conté a mis amigos: "me ha dicho que si quiero tomarme ADSL o algo así". Todavía se están riendo de lo naif que soy con 43. Y claro que no lo hice, ni lo volví a ver. "Antes de llover, chispea", fue parte de mi poca educación sexual, pero este titular me quedó clavado en el cerebro para entender que sin condón no hay polvo posible. Igual que sé que no se puede robar, no era una opción hacerlo sin. Hasta que pasé por un corto periodo de tiempo soltera, entre mi divorcio y mi pareja actual. Ni quisqui, después de los 40, quería ponerse condón. Y me comentan que ni los casados que le ponen descaradamente los cuernos a su mujer, se lo quieren poner, no vaya a ser que baje esa gran erección, oh todopoderosa. Como si sin ella no se pudiera hacer nada más.

Reconozco que mi generación se ponía más el condón cuando tenía 20 años que actualmente. No sé si es porque creen que el sida se ha erradicado (en nuestro mundo) o es que ignoran todas las otras muchas enfermedades de infección sexual. Mi ex me pasó el papiloma humano, justo cuando la novia de su primo —con quien había tenido una aventura— también lo tenía. Lo supe todo cuando era demasiado tarde. Lo sé: había señales que no supe interpretar.

¿Podemos hablar del problema mental que les pasa a algunos hombres con la vasectomía? Es para hacer un estudio psicológico, de verdad, sobre los que se creen que no son machistas, pero que han sido educados en el patriarcado. ¿Por qué los hombres tienen tanto miedo de hacerse corresponsables del control de la natalidad? Quizás lo que temen es que uno de sus efectos secundarios sea la temida falta de erección. Y con este miedo, todos colapsan. Fui al cardiólogo y me confesó que, para que los hombres dejen de fumar, les dice que a partir de los 50 tienen el doble de riesgo de sufrir disfunción eréctil, y aquí es cuando les toca la fibra. Que a nosotras la carga mental o su trato nos baje la libido, no les importa tanto. Nada que no arreglen una copa de vino y un lubricante.

Mi generación se ponía más el condón cuando tenía 20 años que actualmente. No sé si es porque creen que el sida se ha erradicado o desconocen todo el resto de ETS

Del inventor de 'soy alérgico al látex', llega la verdadera segunda parte, y es que todo justifica seguir homenajeando a la gran diosa de la erección. Tranquilos, hombres no corresponsables, no me importa estar hinchada de hormonas para acabar haciéndome una ligadura de trompas pasados los 44. Total, solo he tenido una conización, tres legrados, dos partos con cesárea, por poner un ejemplo al azar. ¿Y tiene que importarme que me meneen un poco más? No, hombre, no. Total, ya hay tantos babies con ojos azules repartidos como espermatozoides de cuando fuiste a Asia, ¡que qué importa! Y lo más fuerte es que no se te ha caído a trozos como si tuvieras la lepra. La gonorrea crece casi un 43% y la sífilis un 24,1% por la resistencia al condón, según datos del Instituto Carlos III. Por no hablar de la clamidia. Incluso a Gisèle Pelicot le pegaron, a lo largo de los años de sus repetidas violaciones por sumisión química, cuatro enfermedades de transmisión sexual directamente imputables a las agresiones sufridas por más de una cincuentena de hombres.

"Se habla poco de las infecciones de orina que sufrimos las mujeres o el dolor de garganta cuando la polla es nueva", me dicen mis amigas cuando les digo que escribiré este artículo. Catalunya es el territorio de todo el Estado donde hay la tasa más alta de gonorrea, sífilis y clamidia. Creer que el condón resta placer, denota tal ignorancia como que solo te lo puedes pasar bien cuando follas borracho. Cuando una pareja tiene ritmo, intensidad sexual, roles, morbo, fantasías, complicidad, sensualidad y amor, nada le puede impedir tener un gran polvo. Los mismos padres y madres que piden a sus hijos adolescentes que deben tener cabeza cuando tengan relaciones sexuales, no cumplen con el ejemplo "Consejos vendo, pero para mí no tengo". ¡Nunca había estado tan contenta de tener pareja y sabernos fieles como ahora!