Se acercan días de hacer balance de un año de pandemia. Y una de las evidencias que esta crisis global ha puesto de manifiesto, según un estudio reciente de la ONU sobre el impacto de la Covid-19 en las desigualdades de género, es que las economías mundiales y el mantenimiento de nuestras vidas cotidianas están basadas en el invisible y no remunerado trabajo de cuidar de los otros que hacemos de manera mayoritaria las mujeres. En Catalunya, las mujeres triplicamos el tiempo dedicado al cuidado a familiares y duplicamos con respecto a los hombres las horas dedicadas a tareas domésticas.

A menudo tendemos a pensar que la brecha de género en la dedicación a personas dependientes entre las parejas jóvenes es ya un hecho superado y que entre el colectivo universitario la igualdad está garantizada. Mi experiencia en la universidad me demuestra que no es así y los datos corroboran esta realidad. Con respecto a las mujeres académicas, según el estudio del Ministerio de Ciencia e Innovación sobre el impacto del confinamiento en el personal investigador, la brecha de cuidados se ha acentuado. El teletrabajo impuesto y no regulado en hogares con menores u otras personas dependientes ha supuesto un solapamiento de tareas en un mismo espacio y lugar que han asumido de manera mayoritaria las mujeres investigadoras, con unas jornadas laborales interminables. Casi el 50% de las mujeres investigadoras, con respecto al 20% de los hombres, se encargaron en exclusiva de las tareas domésticas, mientras que las tareas de cuidar a personas a cargo recayeron principalmente en las mujeres investigadoras (44%), respecto de sus compañeros investigadores (18,3%). Varios estudios nacionales e internacionales van mostrando también que las mujeres han publicado menos durante este periodo. Con todo, la brecha de género en la productividad científica se ha agudizado y eso sin duda puede tener consecuencias en la progresión de las carreras de las investigadoras los próximos años.

La maternidad y el rol cuidador es uno de los frenos más importantes de las carreras científicas de las mujeres

Las causas son múltiples. Sabemos que la maternidad y el rol cuidador es uno de los frenos más importantes de las carreras científicas de las mujeres. No lo es la paternidad en el caso de los hombres. Pero esta brecha de género se produce en el mundo laboral ya antes de la llegada de los hijos. Tal como demuestra el estudio que acaba de publicar la Fundación Iseak, vivir en pareja, incluso antes de tener hijos, intensifica esta brecha. Para nosotros, la probabilidad de tener un trabajo cae cuatro puntos cuando damos este paso vital y solo un 69% tenemos trabajo a tiempo completo mientras que, en el caso de ellos, tener pareja aumenta la probabilidad de empleo un 5,7%. Y, entre los que tienen trabajo, el 85% la tienen a tiempo completo. Y como ya sabíamos estas diferencias se acentúan dramáticamente con la llegada de los hijos.

Parece evidente que, aunque las mujeres hemos avanzado con respecto a la incorporación laboral, se mantienen unas barreras importantes para llegar a la igualdad efectiva y que una de las principales es la falta de corresponsabilidad de los hombres en las tareas domésticas. ¡Es este precisamente el lema de la campaña "Mujeres y hombres, corresponsables!" que promueve este año el Institut Català de les Dones para concienciar sobre la necesidad de avanzar hacia una corresponsabilidad efectiva y de superación de los roles con relación a las tareas domésticas y de cuidado. Es una interpelación directa que pide a los hombres que no pregunten cómo pueden "ayudar" a las mujeres, sino que hagan lo que les corresponde como padres, pares y convivientes. "Con la mitad es suficiente", dice el manifiesto.

La pandemia es un momento crítico que está poniendo en riesgo los limitados avances que se habían alcanzado los últimos años en igualdad de género

La pandemia es un momento crítico que, como advierte la ONU, está exponiendo vulnerabilidades en sistemas económicos, políticos y sociales, y poniendo en riesgo los limitados avances que se habían alcanzado los últimos años en igualdad de género. Hay que actuar. Esta crisis nos tendría que servir para buscar este necesario equilibrio entre tiempo de trabajo y tiempo personal, tan necesario para un mayor bienestar personal y colectivo, y eso solo será posible avanzando hacia una corresponsabilidad paritaria en el trabajo del cuidado de los otros.

Hace falta, pues, una transformación para avanzar hacia una sociedad que garantice una igualdad de oportunidades libre de estereotipos que nos permita a las mujeres un acceso equitativo al trabajo, sin frenos para el pleno desarrollo de la carrera profesional. Y, al mismo tiempo, es urgente y necesario un cambio de valores que revalorice el trabajo del cuidado de los otros, que no puede ser definido como una "carga". Hacen falta políticas que promuevan una corresponsabilidad efectiva para avanzar hacia un equilibrio entre el trabajo y las responsabilidades del cuidado, compartidas entre hombres y mujeres. Y una toma de conciencia de los hombres para entender que la conciliación no es cosa de las mujeres. No se trata de ayudar, sino de ser corresponsables. No es pedir demasiado. Solo lo que es justo.

 

Anna Berga, es presidenta de la Comisión Mujeres y Ciencia del Consell Interuniversitari de Catalunya y secretaria general de la URL