Es absolutamente lamentable y censurable que el ministerio de Asuntos Exteriores dedique la mayoría de sus esfuerzos a desprestigiar las instituciones catalanas y a sus representantes. Es cada día y todas las veces que pueden en el mayor número de sitios posibles. Todo vale contra el independentismo.
Pero nada alcanza el nivel de sectarismo, de ignorancia y de bajeza moral con que lo hace España Global, la secretaría de Estado que tiene como misión mejorar la percepción de España en el extranjero y también entre los españoles. Pedro Sánchez puso al frente de ella a Irene Lozano, una exdiputada de UPyD, la formación de Rosa Díez. A Lozano se le atribuye dar forma literaria al libro del presidente, Manual de Resistencia, y sumarse así al círculo de Sánchez.
Lo cierto es que, igual que el ministro Josep Borrell, parece tener carta blanca en su quehacer diario denigrando cada vez que puede a las instituciones catalanas, utilizando todo tipo de mentiras. Su última acusación al president Quim Torra, después de corregir al ministerio de Justicia sobre el papel español en la Segunda Guerra Mundial, apuntando que lo que hace es “seguir propagando su odio a España”, es irrespetuosa e inaceptable en un cargo público.
Sobre todo porque lo que era indefensable era el vídeo elaborado por el ministerio de Justicia para conmemorar los 75 años de la liberación de París y la participación española, olvidando el envío de miles de soldados de la División Azul a luchar al lado de Hitler. Lozano hubiera hecho bien en callarse, pero eso no debe dar puntos en Madrid.