No hay ninguna duda de que el Consell per la República avanza a un buen ritmo, aunque la represión, las interferencias políticas de todo tipo y los efectos de la pandemia no nos lo han puesto fácil. Los miembros del gobierno del Consell somos testigos privilegiados de este dinamismo. El domingo inaugurábamos, por ejemplo, la oficina del Consell en Nou Barris y abundan todo tipo de actos y de acciones de los grupos locales en nuestros municipios y comarcas: por todo el país constatamos, con orgullo y gratitud infinitos, la implicación y el compromiso de miles de personas que, desde la base, y con la capacidad innata y proverbial de autoorganizarnos que tenemos como pueblo, trabajan para consolidar y proyectar nuestra institución.
Nacido de la legitimidad del 1-O y del 27-O y para dar continuidad institucional al autogobierno catalán después del golpe del artículo 155, el Consell per la República tiene la vocación de representar el independentismo catalán, transversal y diverso, y convertirse en el actor principal de la revuelta democrática que nos permita hacer efectivo el mandato del 1-O cuando dispongamos de una nueva ventana de oportunidad como la de octubre del 2017. Entonces, con la estrategia diseñada en el documento Preparem-nos, y desde la confrontación democrática, tendremos que estar en condiciones de echar un pulso al estado español y ganarlo, culminando el trabajo que se dejó inacabado hace cuatro años.
La razón de ser del Consell no es otra que la de devenir la herramienta de la ciudadanía responsable y preparada, en su diversidad ideológica, para alcanzar la independencia de Catalunya en aplicación del mandato del 1-O
Tenemos muchos frentes abiertos. Quedan claros los éxitos del exilio, traducidos en varias victorias judiciales muy elocuentes y en la visibilidad de la causa catalana en la escena internacional. Ahora hay que centrarse en la construcción institucional del Consell y en su vertebración territorial. Este es el sentido y la fuerza de las elecciones a la asamblea de representantes del Consell, que se celebrarán digitalmente este fin de semana, y que son relevantes para establecer una estructura estable que dé continuidad política a una eventual intervención o suspensión de las instituciones autonómicas. Precisamente por eso hacemos un llamamiento a la participación ciudadana en este proceso electoral, como muestra de la vigencia de la razón de ser del Consell, que no es otra que la de devenir la herramienta de la ciudadanía responsable y preparada, en su diversidad ideológica, para alcanzar la independencia de Catalunya en aplicación del mandato del 1-O.
El Consell, que queremos construirlo en una dinámica de abajo arriba con el fin de superar la pugna fratricida por la hegemonía entre fuerzas independentistas, nos da estos días una nueva oportunidad para planteamientos de unidad, tan reclamada. Una oportunidad que hay que aprovechar, con la certeza de que somos la primera institución republicana al margen del corsé del sistema legal español y, al mismo tiempo, el espacio común del 1 de octubre, cuya puerta siempre quedará abierta a quien quiera participar en la lucha urgente y definitiva que compartimos tantas personas: la de la liberación nacional de Catalunya.