Todo lo despacio que ha arrancado el Congreso en enero es la carrerilla que han cogido los partidos en el precalentamiento de la precampaña. Y eso que a estas alturas toda previa es eufemismo. Cada semana de los próximos once meses los veremos jugarse las elecciones al todo o nada. De momento, han activado las agendas, los equipos y los actos. Los populares apuestan por un marco dual. Desde el mensaje ultra al de centro. Feijóo no ha tenido ningún reparo en instrumentalizar el asalto de los bolsonaristas en Brasil al servicio de sus intereses partidistas. El desafortunado tuit de Cuca Gamarra respondiendo a Pedro Sánchez, “Contigo esto ahora es un simple desorden público”, no era un error en caliente. “¿Es todo lo que tenía que decir el PP sobre política exterior en su primer mensaje en público?”, se preguntaba el ministro José Manuel Albares. Es, fundamentalmente, lo que querían decir en público. Una hora más tarde Feijóo no se mojó y por la mañana, en la COPE, utilizó el asalto en Brasil para compararlo con los partidos independentistas, el procés y la política de Pedro Sánchez. Para Feijóo, la amenaza homóloga al intento en Brasil de golpe de estado está en Catalunya. Una estrategia de cara a las autonómicas que calienta al electorado del PSOE en ciertas autonomías y por donde pretende seguir la extradición de votos. Catalunya como mazo contra los barones. Todo por la campaña, todavía a seis y once meses.
Una comparación que ha compaginado con el anuncio del equipo de mayo. La sorpresa del fichaje de Borja Sémper, que abandonó el PP de Pablo Casado por el arrastre de Vox, es la constatación de la intención de ampliar ese porcentaje que las encuestas sitúan en un 7% de transferencia socialista, además de asegurarse el centro. La incógnita será ver el encaje de Sémper con la línea más dura de Gamarra y Feijóo. Ayuso, antagonista de un perfil como el de Sémper, lleva en silencio cinco días.
Las encuestas siguen favoreciendo al PP y mantienen a Vox fuerte. También dan más opciones al bloque de investidura, dejando al tercer partido como bisagra clave. Y esto sin que puedan medir la intención de voto de Sumar
Las encuestas siguen favoreciendo al PP y mantienen a Vox fuerte. También dan más opciones al bloque de investidura, dejando al tercer partido como bisagra clave. Y esto sin que puedan medir la intención de voto de Sumar. Y, la candidatura de Yolanda Díaz, ¿para cuándo? A la gran noticia le queda poco. La vicepresidenta presentará su candidatura antes de mayo. Según su entorno, muy probablemente en las próximas semanas. Es pronto para saber qué hará Yolanda Díaz en las autonómicas y municipales. Hay demasiados gobiernos que dependen de que las siglas a la izquierda del PSOE superen el 5%. En Valencia, Baleares, Canarias, Aragón, La Rioja o Navarra se gobierna en coalición o con el apoyo de la formación morada, IU o UP. Si Extremadura o Castilla-La Mancha pierden la mayoría absoluta, dependerán de los apoyos a su izquierda para revalidar gobiernos. Y son demasiadas plazas para jugársela a que Podemos se la pegue, llegue debilitado a junio y sea más fácil negociar las listas de las generales. Un mapa donde la coalición pierda comunidades clave es una antesala perdedora para la coalición.
La vicepresidenta está volcada en la fase de ensanchamiento del espacio social. Los partidos serán protagonistas cuando haya que discutir la herramienta política y la configuración de la candidatura, señalan desde su entorno. Reconocen que esa discusión es inevitable pero no ahora, cuando ante el desgaste de las siglas —de Podemos a IU— apuestan por recuperar la ilusión y reactivar distintos electorados.
Díaz tiene dos citas clave esta semana. Frente al mercado de fichajes del PP, la vicepresidenta presentará en Madrid un primer balance del futuro programa de Sumar. Los 35 grupos de trabajo, unos mil voluntarios, han trabajado por todo el Estado las propuestas de Sumar y 10 coordinadores harán balance. Será la antesala y la puesta de largo del programa de país que Díaz presentará a mediados de año de cara a las generales. Si Suárez, González, Aznar y Zapatero tenían un modelo, Díaz quiere armar una candidatura más allá de los nombres y las siglas, una hoja de ruta que dé sentido a pedir el voto para revalidar el gobierno.
El acto más multitudinario del proceso de escucha será en Barcelona, el sábado 14 de enero, junto a Ada Colau, en un recinto para 3.000 asistentes. La alcaldesa es su aliada natural, pero también cuentan con la asistencia de representantes de todos los partidos, desde Podemos a IU. El proceso debe construirse desde la unidad, aseguran desde la organización.
Podemos recela de esa unidad y lanza tres mensajes. Unidad, acuerdo y, si fallan, primarias. Una forma explícita de reivindicar su espacio en la futura candidatura. Desde el entorno de Díaz, aseguran que la vicepresidenta siempre ha estado a favor de las primarias. Si llegan a ese punto, todos los partidos integrados en Sumar, no solo Podemos, tendrían que definir el proceso de votación de la militancia. El efecto colateral más evidente hoy son los ciclos de trabajo en el Congreso, donde Pablo Echenique solo se expresa en nombre de Podemos. Este sábado se seguirá viendo esa distancia desde Madrid. Díaz estará en Barcelona y los morados en un acto por la vivienda digna a pocos días de que pueda salir adelante la ley de vivienda, norma estrella de la coalición. Desde Podemos tienen claro que la izquierda tiene que ir unida. Desde todas las partes saben que quedan muchas fricciones y peleas por dar. También saben que no pueden repetir la debacle de la campaña y los resultados andaluces. Las semanas que vienen no serán de cesiones, pero tampoco de guerra abierta.