Nos contaba el sábado por la noche en Preguntes Freqüents Marta Pascal que ella ha tenido que elegir entre “principios” y “sillones”.
Nos contaba, presentando su libro, que Carles Puigdemont es alguien a quien no se le puede llevar la contraria.
Nos habló del miedo que sintió cuando aquel 17 de septiembre, ella defendió ir a elecciones en lugar de declarar una independencia “que no iba a ningún sitio”. Sintió miedo por las críticas que hicieron, según ella, sus compañeros de política.
Según Pascal no era posible oponerse a lo que Puigdemont y algunos que hoy están en prisión consideraban. Y ella, que estaba al frente del PDeCat, sintió que tenía que expresar su oposición. Y que en aquel momento, no era la única en discrepar. Señala en su libro y nos lo dijo también en el plató que había más personas que eran críticas como ella pero que no dicen lo mismo en público.
Nos explicó que en aquel momento tuvo que tomar una determinación: elegir entre el sillón y sus principios. Según ella, optó por los últimos.
Hizo un repaso crítico a lo que significa JxCat, señalando a aquellos que sin ser “de partido” han llegado a la formación gracias a “su activismo y sus comentarios en las redes sociales”. Lo dijo con desprecio evidente. Y en su intervención hizo hincapié una y otra vez en su militancia al PDeCat, refiriéndose a la Crida y a JxCat como formaciones en las que no se considera del todo representada.
En su perfil de Twitter dice que es senadora del PDeCat. Sin embargo, en realidad es senadora de JxCat. Asumió su cargo en mayo de 2018, por designación autonómica. En ese momento, los diputados de JxCat no querían votar para que Pascal fuera su senadora, y fue, precisamente Puigdemont quien les convenció para que votasen a su favor. Lo hicieron, con la advertencia de que consideraban que Pascal era (y sería) desleal con el proyecto. Y Pascal resultó senadora.
Eligió el sillón y lo obtuvo gracias al apoyo del “terrible Puigdemont”, algo que ella misma me reconoció y por lo que dijo estar “agradecida”. Me respondió cuando le pregunté sobre qué le diría precisamente a esos diputados de JxCat que votaron por ella aún pensando que sería desleal. Su respuesta básicamente fue que si ellos son diputados es porque el PDeCat hizo posible que JxCat existiera. Y con sus manos vino a decir que “una cosa venía por la otra”.
Marta es una política joven que tiene una trayectoria política clara: pasar de las juventudes al partido, diputada regional y senadora. Discurso aparentemente contundente y pretendidamente valiente. Habla bien: habla muy bien. Pero hay algo que no encaja.
No encaja decir que eliges los principios a los sillones, desde el sillón. No encaja atizar a alguien señalándole como una persona que prácticamente elimina al disidente, y reconocer al mismo tiempo que el sillón lo tienes gracias a que él ha pedido que te apoyasen. No encaja un encuentro con Rubalcaba en un momento crucial y determinante. No encaja con un discurso que se deshace entre los hechos.