Joe Biden se pasea estos días por esta franquicia norteamericana que es la Unión Europea. Viene a decirnos lo que tenemos que hacer, lo que vamos a sufrir, a quién comprarle lo que necesitamos y nos avisa de que vamos a pasar hambre. El presidente quiere liderar el Nuevo Orden Mundial, y así lo ha afirmado estos días. No sabemos muy bien qué está imaginando mientras se relame, pero por lo que se ve, ya ha conseguido que compremos su gas licuado y que señalemos con odio a quien él considera su enemigo. Así de soberanos y de listos somos los europeos. Tragamos con lo que dice este señor como si fuera alguien respetable, alguien de fiar, alguien que más allá de estar donde está, merezca credibilidad (o al menos más credibilidad de la que merecen otros por estar en el mismo sitio). La información que está saliendo estos días sobre su hijo, curiosamente, no está ocupando los titulares que debería. Y no porque sea un escándalo, que lo es. Sino porque nos puede explicar conexiones, intereses y maneras de actuar de esta gente que se ha propuesto liderar el mundo y someternos a los demás.

Uno de los hijos de Joe se llama Hunter. Tiene 52 años actualmente y según señalan algunos medios de comunicación, es la “pesadilla” actual de su padre. El New York Times informaba esta semana de la investigación federal abierta contra Hunter. La cuestión va más allá de sus deudas con Hacienda, que parece ser ha saldado ya y ascendían a más de un millón de dólares. No es eso lo que le pone nervioso a Joe, sino el contenido hallado en un ordenador que era de Hunter. Lo llevó a arreglar a una tienda y se olvidó de pasar a buscarlo. O eso dicen. El dueño de la tienda de Delaware, donde Hunter dejó su MacBook Pro en abril de 2019, hizo una copia de los datos recuperados y tuvo la ocurrencia de dárselo al equipo de Trump. Fue Giuliani, exalcalde de Nueva York y abogado de Trump, quien se lo entregó todo a The New York Post para publicar parte de los archivos en octubre de 2020. En aquel momento la información se cuestionó mucho, se señaló como “fake” y se puso en duda su procedencia y veracidad. El propio New York Times dijo que todo esto había sido creado por Rusia, como parte de su campaña de intoxicación y desinformación. Y ahí se quedó la cosa.

Sin embargo, desde entonces hasta ahora, se ha trabajado para poder averiguar si esos datos eran veraces, si pertenecían al ordenador de Hunter y de qué iba lo que había en ellos. Ahora aparece el Daily Mail, que obtuvo una copia de los documentos en 2021, y vuelve a publicar parte del contenido hallado en el portátil. Fotos, mensajes de texto, emails que ponen sin duda muy nervioso a Joe, el presidente. Entre la información “escandalosa” aparecen imágenes de Hunter absolutamente colocado de crack, en orgías con prostitutas, fuera de control. Presuntos líos de faldas con las mujeres de sus hermanos, incluso con menores. Pero esto no es lo que más preocupa a Joe. A pesar de que para cualquier padre ya sería suficiente como para sentirse agobiado. Lo que preocupa a Joe Biden seguramente tenga más que ver con los vínculos y relaciones que aparecen en los emails y documentos de carácter empresarial, financiero y de intereses directos de la familia en distintas empresas y países, como es Ucrania.

Según la información publicada, la información que ahora sale a la luz mostraría la evidencia del uso de influencia política de Hunter en sus negocios en el extranjero: como por ejemplo en la empresa Burisma, una empresa de gas ucraniana que Hunter dirigía y por lo que cobraba más de 50.000 dólares mensuales. Aparece también vinculado al magnate rumano Gabriel Popoviciu, condenado por delito de soborno. El Dailymail afirma que Hunter ayudó a obtener millones de dólares en fondos para un contratista estadounidense en Ucrania, especializado en la investigación de patógenos mortales. Ante esta información, desde el Gobierno de Rusia no han dejado de pedir explicaciones a la Casa Blanca y la respuesta ha sido siempre la misma: se trata de una campaña de intoxicación de los rusos.

A pesar de acusar a Rusia de querer desestabilizar a Estados Unidos con esta información, los emails están ahí y los medios que están presentando la información afirman que los correos electrónicos muestran que Hunter ayudó a asegurar millones de dólares en fondos para Metabiota, un contratista del Departamento de Defensa especializado en investigar enfermedades “que causan pandemias”. Llama la atención cómo la vicepresidenta de Metabiota, Mary Guttieri, envió un email a Hunter en 2014 donde apuntaba a cómo “afirmar la independencia cultural y económica de Ucrania respecto a Rusia”. Los correos electrónicos entre Hunter y sus colegas muestran cómo consideraban que el seguimiento de datos médicos y de estas investigaciones podría llegar a convertirse en una herramienta básica para los gobiernos y las empresas especializadas en pandemia.

Este pasado jueves, inmediatamente después de hacerse pública parte de la información del ordenador de Hunter, desde el ministerio de Defensa del Gobierno Ruso se publicaba esta infografía para explicar los enlaces y vínculos en el entramado de empresas, administración norteamericana y biolaboratorios en Ucrania.

De los emails se desprende la relación existente entre Metabiota y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, con los CDC y la FDA. Apunta también el Dailymail a la relación de Macrobiota y Wuhan. Concretamente, al Instituto de Virología que es objeto de sospechas sobre el origen del SARS-COV2. Y es que China lleva denunciando públicamente desde que comenzó el conflicto armado en Ucrania con Rusia, la existencia de más de trescientos laboratorios biológicos en los que el Pentágono habría participado por todo el mundo. Exigen a Estados Unidos una explicación concreta sobre el contenido de sus actividades.

La respuesta en un principio fue negarlo todo por parte de Estados Unidos. Después, han reconocido que los laboratorios existen, pero que la presencia de la administración norteamericana es para garantizar su seguridad. Y ahora dan a entender que si Rusia habla de ello es porque en realidad sería Putin quien quisiera usar armas biológicas contra la población.

Un asunto demasiado importante como para no seguirlo. Una cuestión lo suficientemente alarmante como para no estar preocupados. Por desgracia, lo que pone nervioso a Joe parece no importarle aquí a nadie.