De todo lo que estoy leyendo, viendo y escuchando estos días, me quedo con una reflexión que he leído de mi amigo Pere Cardús. En su análisis de hoy viene a explicar que el problema de fondo que se plantea con esta falsa polémica creada respecto al señor Quim Torra es que un intelectual ha llegado a tomar la responsabilidad de ser president.
Esto significa que se trata de una persona que, muy probablemente, nunca pensó en su vida que hoy se vería donde está. Y que, por eso, haciendo uso de su pluma, de sus teclas y sobre todo de sus ideas, expresó libremente aquello que consideraba, aquello que quería criticar o aquello sobre lo que quería que los lectores reflexionaran. Sus ideas, sus relatos, sus artículos eran los de un escritor, pensador y, en cierto modo, un generador de opinión. Dicho sea de paso que a veces cuando uno escribe, precisamente lo que pretende es hacer que se debata sobre una materia, generar tormentas de ideas, fomentar la expresión.
Es curioso que al leer los escritos de Torra que tanto se están criticando, una descubra que pueden entenderse perfectamente y sin ánimo difamatorio, ni racista ni xenófobo. Más bien responden a situaciones descritas de manera concreta, y en especial, haciendo alusión a personas que desprecian a los demás. Eso es lo que critica el señor Torra en sus letras, quizás a veces afiladas. O sea: que criticar con vehemencia a quien ofende, agrede (aunque sea verbalmente), supone, en definitiva, una defensa de la convivencia. Sí, piénselo despacio. Y otra cosa: pregúntele a quien le hable de ellos si los ha leído. Hasta ahora, a mí todos me han dicho que no.
Si yo le digo a usted que Xavier García Albiol es un bestia por decir que los rumanos eran delincuentes en Badalona; que Mariano Rajoy es un impresentable por justificar genéticamente las clases sociales; que Jiménez Losantos es un fanático al que le ciega el odio cuando desea muertes y bombardeos, yo estoy haciendo uso de mi libertad de expresión. Porque se lo estoy diciendo además en un artículo de opinión, ejerciendo la libertad que se supone que tengo. Me baso en hechos y hago mi valoración personal.
Ahora bien: en el momento en el que una persona asume una responsabilidad de representación pública, su libertad de expresión se ha de circunscribir al interés general que debe representar. Por lo tanto no es lo mismo hacer una afirmación ocupando un cargo público y demostrando así un deseo que va a desarrollarse a través de unas políticas concretas, como, por ejemplo, el rechazo por parte de ciudadanos hacia la Sanidad Universal; a las expresiones que un literato o analista pueda realizar en un momento concreto.
Como decía Cardús, de Inés Arrimadas no encontraremos artículos escritos porque nunca dijo nada, porque nunca le dio por pensar, investigar y elaborar ideas más allá de los intereses de una campaña política. Que muy probablemente, ni siquiera desarrolle ella. ¿Qué quiere que le diga? Lo importante es valorar a nuestros políticos por las políticas que defienden y por su honradez como representantes públicos. Y basándonos en ello, no me cabe duda: el Partido Popular y Ciudadanos han promovido medidas xenófobas y racistas. Y eso es lo que al pueblo hay que explicarle.
Lástima que todo esto demuestre que se han intentado sacar de contexto ciertas frases; otras se han inventado deliberadamente. ¿por qué? Porque simplemente, no se quiere a un Presidente independentista. Pero, como lección, aprendan los que se han comportado de esta manera tan antidemocrática: si hubieran dejado que fuera investido el que debía serlo, se habrían ahorrado quedar en evidencia.
1.- la evidencia de que los xenófobos y fascistas son ustedes, los que articulan una campaña de desprestigio contra quien no lo es.
2.- la evidencia de que no han sido capaces ni siquiera de articular una euroorden de manera apropiada
3.- la evidencia de que no ha existido ningún tipo de delito en los hechos que le han contado al juez de Alemania
4.- la evidencia de que se han gastado casi noventa millones de euros de mi dinero, del de todos los españoles, en enviar policías españoles a apalear a los ciudadanos de Cataluña el día que quisieron introducir papeles en “urnas de los chinos” (según Montoro).
Dejen de utilizar la justicia, los medios de información y la mentira para tratar de cubrir tanto despropósito. Háganlo por el bien de España, de esa patria que ustedes tanto dicen querer y que les está quedando hecha una pena.